Si su gesta hubiera sido una competencia, a los habitantes de la gran región Mojana habría que colgarles la medalla de oro. Luego de un arduo trabajo de más de dos años, por fin lograron en las últimas horas su meta de cerrar el boquete de Cara ’e gato, en San Jacinto del Cauca, Bolívar, donde una emergencia invernal cambió en su totalidad el panorama de la zona y sus pobladores.
El 29 de agosto de 2021 comenzó esta carrera contra el tiempo, una prueba ciertamente difícil debido a adversas circunstancias, luego de que las caudalosas aguas del río Cauca rompieran el jarillón en ese punto hasta convertirlo en un descomunal chorro de más de dos kilómetros. Sin duda, la constancia vence lo que la dicha no alcanza y la persistencia de los mojaneros ha dado sus frutos.
También ha sido definitiva la labor de un contratista del Gobierno nacional que trabajó a toda marcha con su personal y abundante maquinaria pesada para cortarle el paso al agua. No deja de ser una tremenda paradoja que el bajón de las aguas del Cauca y de otros afluentes en el resto del país que a este río llegan, consecuencia del fenómeno de El Niño, hubiera sido el aliciente para acelerar las obras en las que se invirtieron más de $129 mil millones.
Y lo es porque mientras en vastas zonas del territorio colombiano, incluso en la misma Mojana, compuesta por 11 municipios de 4 departamentos, se registran emergencias por la sequía, sus habitantes no podían ocultar la felicidad por el ingreso mínimo de agua por el cada vez más estrecho boquete que los más escépticos, entre ellos el ex director de la Ungrd Javier Pava, creyeron que jamás se podría cerrar.
Una afirmación que los pobladores de este territorio desestimaron por completo. Hoy los mojaneros, considerados los anfibios de Colombia, tienen hinchados sus corazones de felicidad, se apropian de este triunfo porque es realmente suyo, de nadie más. Si no hubiese sido porque aplicaron a rajatabla el adagio popular de que “más sabe el diablo por viejo que por diablo”, aún estuvieran inundados en plena temporada seca.
Fueron ellos, armados de valor, sabiduría y dignidad los que se enfrentaron al indomable Cauca en el inicio del cierre del boquete. Recolectaron de lo poco que les quedaba en ese momento cuando el nivel del agua los obligaba a permanecer sobre tambos e hicieron la ‘vaca’, a la que también se sumaron los ganaderos y agricultores.
Su ejemplo de unidad motivó a los entonces gobiernos de Sucre y Bolívar a realizar importantes aportes que financiaron el 70 % de la inmensa muralla que permitió el cierre. Esas bases, también hechas por manos de mojaneros que llenaron de arena las megabolsas, son las que soportarán en adelante el dique que tendrá una altura de 15 metros aproximadamente.
El corte del chorro es tan solo el primer logro, ahora el contratista del Gobierno nacional, el segundo en este tortuoso camino lleno de aguas, dolores y profundidades, deberá realizar otras obras que blindarán a la Mojana en los próximos 200 años. Eso es lo que han dicho públicamente.
En otras palabras, este cierre marca el comienzo de otras acciones en beneficio de las comunidades más golpeadas, esas que reclaman las comidas calientes en las ollas comunitarias, tierras para sembrar, buenas vías para comercializar sus productos agropecuarios, el mejoramiento y repoblamiento de ciénagas y ni qué decir de la reconstrucción de casas y escuelas que registran un daño enorme, tanto que es inviable su utilización, como ocurre con la Institución Educativa Aníbal Ojeda, en el corregimiento Nariño del municipio de Sucre-Sucre, donde sus docentes y estudiantes prefieren dictar y recibir clases debajo de la sombra de los árboles.
Este no es el final, es apenas el principio. Los mojaneros confían en que el Gobierno nacional no les vuelva a dar la espalda, sobre todo en la resolución de sus apremiantes necesidades sociales que desde siempre han existido, pero que se agravaron con los estragos de la ola invernal 2010-2011 y tras la ruptura más grande de Cara ’e gato. Este es un pueblo valiente que en medio de su alegría anticipa que, si hace falta, no descarta volver a estar en pie de lucha, como cuando bloqueó el paso entre el Caribe y el interior del país, por Antioquia, en 2023. Que nadie lo olvide.