Estado de bienestar mental que permite a las personas hacer frente a los momentos de estrés de la vida, desarrollar todas sus habilidades, aprender y trabajar adecuadamente e integrarse en su entorno. Esta es la definición que la Organización Mundial de la Salud hace de la salud mental, un tema del que se habla mucho, pero, en honor a la verdad, más bien poco se hace o no con la frecuencia y la constancia que demanda una problemática tan compleja.

Por estos días la ocurrencia de una serie de muertes por suicidios en el Atlántico, al menos siete casos en el último mes, ha puesto sobre la mesa otra vez la necesidad de atender con total diligencia este grave problema de salud pública, sobre todo porque en la mayoría de los casos se ha tratado de jóvenes cuyos proyectos de vida apenas comenzaban a trazarse.

Lastimosamente el dolor que atraviesan hoy esas familias es lo que una vez más ha puesto el foco de autoridades, universidades, colegios, entidades de salud y la sociedad en general en este tema que no puede ni debe convertirse cada tiempo en accesorio, sino en uno prioritario en la agenda pública de forma permanente.

Expertos consultados por EL HERALDO, en la publicación especial con la que abordó en su edición dominical el tema de la salud mental, esbozan una serie de señales y recomendaciones que nadie debería perder de vista, pues nunca se sabe quién a su alrededor puede estar tan presionado, ansioso o con un cúmulo de emociones que lo pueda llevar a tomar decisiones fatales.

Por ejemplo, los cambios de comportamientos o estados de ánimos o en los rendimientos académico o laboral son mensajes a los que se debe prestar atención, y es allí en esas señales detectadas donde entra la empatía de quienes están alrededor de una persona que pueda estar considerando conductas suicidas.

Apoyar directamente o dar aviso a personas especializadas o seres queridos, escuchar sin juzgar, evitar la burla, no minimizar, son acciones que pueden salvar una vida. Por ello es tan importante las campañas que las universidades han intensificado en el propósito de ofrecer mejores herramientas emocionales a sus estudiantes para actuar frente a determinados momentos críticos para ellos en sus vidas académicas y personales, o para entender y saber cómo actuar en caso de que un compañero requiera atención.

Lo propio están haciendo la Gobernación del Atlántico y la Alcaldía de Barranquilla reiterando las líneas disponibles para atención –Línea de salud mental 3176218394 y Línea de la vida 3399999– en las que las personas que demanden una asistencia pueden comunicarse en cualquier hora y día de la semana.

Se anuncian reuniones esta semana para trabajar en una campaña conjunta. Es justo y necesario, pues velar por la salud mental de los habitantes de Barranquilla y los municipios del Atlántico es una tarea de todos.

En tanto se trazan más y mejores estrategias, es imprescindible que desde los hogares los padres de familia, como cabezas de hogar, establezcan diálogos con sus hijos, diálogos francos, abiertos y con toda la disposición de escuchar sus pensamientos, sus necesidades, sus angustias, Un diálogo que más que para hablarles sea para escucharles.

Explicaba el vicerrector académico de Uninorte en entrevista con esta casa editorial que otro factor que ha incidido seriamente en las afectaciones de salud mental es la tecnología, que nos permite hoy conectar con muchas más personas, pero al mismo tiempo nos pone más barreras y nos hace rechazar al diferente. Esto sin contar con un mundo idealizado que se presenta ante los ojos de las personas y que genera angustia, ansiedad y sentimientos negativos por el deseo de tener y ser lo que se ve en redes sociales.

En este entrevesado panorama, el sistema de salud en su conjunto también tiene que ajustar sus procesos para que la atención de la salud mental camine, al menos, al mismo ritmo que con el que se atiende la salud física. Los usuarios deben tener la tranquilidad de saber que recibirán el tratamiento indicado. Las muertes por suicidios pueden evitarse, no se pueden frenar los esfuerzos para proteger y promover la salud mental.