La hoja de ruta que traza el camino para la gestión de la Gobernación del Atlántico en el cuatrienio en curso tiene como eje central la sostenibilidad, un término que –conforme a la definición que hizo la ONU en 1987, en su Comisión Brundtland– implica “satisfacer las necesidades del presente sin comprometer la habilidad de las futuras generaciones de satisfacer sus necesidades propias”.

En ese desafío se encuentran 140 países en el mundo en busca de alcanzar su desarrollo contemplando los impactos y la amenaza que ejerce el cambio climático. Por supuesto, ese desafío desciende a los territorios regionales y sus gobernantes que deben planificar, en el caso de Colombia, sus períodos de gobierno de cuatro años con la visión de la sostenibilidad en el centro de la gestión gubernamental.

Eso lo tuvo en cuenta la administración en cabeza de Eduardo Verano De la Rosa, justamente cuando en este, su tercer mandato, el Ministerio de Medio Ambiente ha advertido la crudeza que el fenómeno de La Niña podrá tener en el país, especialmente porque los pronósticos estiman que se viene una temporada récord de ciclones y huracanes.

En ese sentido el plan de desarrollo del departamento, denominado ‘Atlántico para el Mundo’ se construyó sobre la base de cuatro ejes programáticos enfocados en la sostenibilidad social, ambiental, productiva y gubernamental. Son en total 7,3 billones de pesos de inversión los contemplados en el documento y que buscan, de acuerdo con lo expresado por el mandatario, darles prioridad a las poblaciones caracterizadas con programas que apoyarán su “proceso de mejora de calidad de vida”.

Consecuente con la visión del plan, la inversión destinada al componente de sostenibilidad social equivale al 62 % de los recursos presupuestados, es decir 4.4 billones de pesos. El segundo componente con mayor asignación de plata es el ambiental, con el 18 % ($1.33 billones), seguido de la sostenibilidad productiva con el 17 % ($1.32 billones) y la gubernamental con el 3 % ($213.215 millones).

El plan de desarrollo 2024 -2027 del Atlántico enumera una serie de proyectos entre los que se destacan los relacionados con vivienda como la ejecución de 10 mil mejoramientos y la entrega de 20 mil títulos de propiedad y 50 mil subsidios para viviendas de interés social. Igualmente un ambicioso plan vial que incluye la reconstrucción de 130 kilómetros de vías y el mantenimiento de otros 320 kilómetros, y en cuanto a educación la construcción de 30 megacolegios, así como una nueva sede de la Universidad del Atlántico en Soledad y la apertura del programa de medicina en esta institución.

En relación con el tema ambiental es crucial que se haya definido una política dirigida a la gestión de este componente y del cambio climático, puesto que el departamento está en un 80 % rodeado de agua, lo que eleva enormemente sus riesgos por las afectaciones de fenómenos como La Niña, y de eso ya tiene una dura experiencia el Atlántico que en 2010 padeció la ruptura del Canal del Dique inundando a cinco municipios y dejando miles de personas damnificadas que tardaron muchísimo tiempo para recuperarse.

Por ello es importante que en el propósito de hacer un ordenamiento del territorio alrededor del agua, como lo estipula el plan de desarrollo aprobado y del que tanto ha hablado el Gobierno nacional, en lo que compete al Ejecutivo nacional se agilicen los procesos que tienen frenados los avances de las obras del proyecto Plan de manejo hidrosedimentológico para la restauración de los ecosistemas degradados del Canal del Dique, clave en el control de inundaciones a lo largo del cuerpo de agua en los municipios de Atlántico, Bolívar y Sucre donde tiene influencia. Volviendo al eje central del plan, la sostenibilidad, el gobierno departamental debe asegurarse de que cada eje de su hoja de ruta responda en verdad a las necesidades básicas de los atlanticenses para que pueda ser el nuestro un territorio productivo y preparado para convertirse en el ‘Atlántico para el mundo’ que se previó en el documento final aprobado por la Duma.