El desarrollo económico de una ciudad deriva inevitablemente en una mayor capacidad adquisitiva de sus habitantes y en la atracción de nuevos residentes que buscan mejores condiciones de vida para sus familias.
Es el caso de Barranquilla, en donde sus indicadores sociales y económicos que se han sostenido en los últimos años han hecho que muchas personas de otras zonas del país y extranjeros hayan elegido asentarse aquí, aumentando así de paso el censo poblacional, pero también el de automotores que circulan por las calles de la capital atlanticense. Todo a pesar de que el comercio de vehículos ha venido decreciendo.
Si bien el Distrito ha invertido una gran cantidad de recursos de su presupuesto para mejorar la infraestructura vial en todas las localidades, cada vez es más complejo trasladarse y transitar, sobre todo en horas pico, en puntos neurálgicos de la ciudad.
De acuerdo con reportes de la Alcaldía de Barranquilla, con el programa Barrios a la Obra se han pavimentado desde 2008 2.214 tramos viales, que equivalen a 356 kilómetros, pero el ambicioso plan tiene como meta en este 2024 pavimentar 20 kilómetros adicionales en las cinco localidades.
El plan vial del Distrito también tiene en marcha la Operación Tapahuecos, con la que se han ejecutado 35.424 metros cuadrados de pavimento y 24.8 kilómetros, en el propósito de “sentar las bases para una movilidad más eficiente y segura para los ciudadanos”.
Ahora se anunció este fin de semana el inicio de las obras para la ampliación de tres importantes corredores viales del norte de Barranquilla con un altísimo flujo vehicular. Se trata de la carrera 49C entre las calles 76 y 88; la carrera 50 entre calles 76 y 87, y la calle 79 entre las carreras 43 y 53.
De por sí el tráfico por estas vías es ya bastante complejo porque se han quedado cortas para el crecimiento del parque automotor de la ciudad, y con el arranque de las obras para convertir estas vías de dos a tres carriles será una tarea que causará, seguramente, muchas molestias a los actores viales y al comercio de la zona, pero, no cabe duda, será una incomodidad más que necesaria.
De acuerdo con lo informado por el Distrito, estos proyectos de mejoramiento vial que hacen parte de la octava etapa de Barrios a la Obra aumentarán la capacidad vehicular en un 33 por ciento.
Adicionalmente se informó que previamente se hizo la socialización predio a predio que podría verse afectado y censos de los árboles y postes que serán repuestos y reubicados para agilizar la ejecución del proyecto de ampliación.
Teniendo en cuenta la planificación que se hizo de las obras y observando la agilidad con la que se ha ejecutado la Operación Tapahuecos en este primer semestre del año es factible creer y confiar en que el proyecto de ampliación de los tres importantes corredores viales antes mencionados se ejecutará en el tiempo estipulado, para lo cual es indispensable que la Administración Distrital, esté al pie del cañón de los contratistas para el cumplimiento de los cronogramas establecidos.
Esa tarea debe multiplicarse en todas las obras de infraestructura vial en curso en las localidades de Barranquilla para reducir los inconvenientes propios de este tipo de proyectos viales, y para reducir al mínimo las pérdidas para el comercio que termina afectado por los cierres obligados de las calles a intervenir.
Lo importante es que las obras se ejecuten sin dilaciones, con el acelerador a fondo y que terminen cumpliendo el propósito para el cual se diseñaron, por lo que se requiere una alta dosis de colaboración y paciencia de los habitantes y de los usuarios habituales en general de las áreas de influencia de las vías intervenidas para facilitar la ejecución de los contratistas y entender que el proceso debe conducir, como lo indicó el alcalde, a aumentar la capacidad de tránsito y mejorar la accesibilidad de zonas peatonales y parqueaderos, subterranizando las redes de servicios públicos.