Con júbilo y como lo que es, una noticia extraordinaria, Barranquilla, sus autoridades y su sector productivo celebraron la cifra récord de movilización de carga por la zona portuaria de la ciudad. En mayo el reporte fue de 1.299.738 toneladas, la cifra más alta en la historia de la llamada Puerta de Oro de Colombia.
Y es una noticia extraordinaria porque, para tristeza de una capital elevada a la categoría de Distrito Especial, Industrial y Portuario, se había convertido en toda una tragedia el permanente bajo calado y en consecuencia la necesidad habitual de aligerar carga o de desviar buques por los niveles de sedimentación que impedían el tránsito normal de los buques para desembarcar en los puertos ubicados sobre los 22 kilómetros del canal de acceso, desde Bocas de Ceniza hasta el Puente Pumarejo.
De hecho en estas líneas editoriales una y otra vez se llamó la atención de Cormagdalena y de los gobiernos nacionales en turno para destinar una inversión que garantizara el calado en una zona tan importante para la actividad portuaria del país y para que se concretara la posibilidad de contar con una draga propia y evitar los traumatismos que ocasionaba cada contratación de labores de dragado, teniendo en cuenta que se hace por volumen de sedimentos removidos y no por servicio.
Tras la fallida APP, el gobierno Duque dejó planteado el plan B que hoy está en marcha y con el que se está previendo con anticipación la contratación del dragado, que además se está haciendo por plazos más extensos de seis meses y sin necesidad de apelar a las urgencias manifiestas para contratar a las carreras, que se volvió el pan de cada día y la solución para apagar los incendios por los calados catastróficos que muchas veces paralizaron la zona portuaria de Barranquilla.
Esa continuidad del dragado y el apoyo técnico de los gremios y las autoridades portuarias de la capital del Atlántico han sido las claves para que hoy el canal de acceso por el río Magdalena esté manteniendo un calado por encima de los 10 metros. Pero también ha tenido que ver las condiciones climáticas producto del fenómeno de El Niño.
En todo caso, es una buena noticia que el movimiento de carga por la zona portuaria de Barranquilla esté registrando cifras históricas pues, de mantenerse la tendencia –acumulado del año hasta mayo va en 5.690.144 toneladas, un 9 % más que en el mismo periodo de 2023–, al cierre de 2024 se podría alcanzar los 13 millones de toneladas de carga por los puertos de la ciudad.
De acuerdo con el análisis de Asoportuaria, se ha mantenido el mismo número de barcos, pero ahora pueden ingresar y salir con más carga, y por tanto hay viajes directos desde Brasil, Argentina y Estados Unidos, lo que se traduce en que las exportaciones hayan aumentado 17 % y las importaciones vengan subiendo 10 %. Esto pese a que la economía del país ha venido rezagada en sus indicadores en general. En el caso de Barranquilla ha crecido la carga de contenedores, granel, coque y la carga líquida, pero lo que sí no ha tenido mucho movimiento es el acero.
Los diseños para una draga propia y permanente están listos, pero ahora Cormagdalena está en la búsqueda de los recursos para la licitación que permita la construcción. Son $365 mil millones el valor que se estima para la embarcación que sería construida en conjunto con Cotecmar.
Ojalá que la gestión de Cormagdalena dé frutos en este sentido, y que el congelamiento y recorte del presupuesto que anunció el Ministerio de Hacienda no termine afectando este anhelo por el que tanto ha pujado la ciudad y su sector portuario. En marzo, cuando se firmó el acta de inicio del contrato de dragado hasta septiembre, se había anunciado que la construcción de la draga propia para Barranquilla comenzaría en el segundo semestre; sin embargo, en la más reciente visita del director de Cormagdalena, este informo que está listo el diseño, pero ahora el reto es conseguir los recursos y que va por buen camino.
Barranquilla necesita que así sea, porque se viene ‘La Niña’ y el fenómeno podría modificar las condiciones hidráulicas del río Magdalena y aumentar la sedimentación. Al menos hay dragado hasta septiembre y plata garantizada para continuar con el mantenimiento hasta julio de 2026.