Algunos se atreven a atribuirle al azar la obtención de un resultado superior en las pruebas Saber 11 que cada año presentan miles de estudiantes de undécimo grado en Colombia como requisito para obtener su título de bachiller, pero además para muchos con la esperanza de obtener el puntaje suficiente que les permita acceder a una beca en una universidad, ya sea privada o pública.

Sin embargo, todo esfuerzo y toda siembra siempre dará frutos, y en el caso de Barranquilla y el Atlántico la inversión y los planes puestos en marcha en el sector educativo definitivamente están permitiendo una valiosísima cosecha entre los jóvenes que cada año egresan de las instituciones educativas.

Conocidos los resultados de las pruebas estatales de 2024, Barranquilla logró un resultado considerado histórico por la administración distrital, al duplicar el número de estudiantes que superaron la barrera de los 400 puntos en el examen – de 500 posibles que otorga la evaluación–.

El puntaje de excelencia lo obtuvieron este año 30 jóvenes de 14 instituciones educativas oficiales del Distrito, entre las que se destacan la IED Alexander Von Humboldt, donde se graduará el estudiante con el mejor puntaje de la capital del Atlántico entre los colegios públicos, Javier Esteban De la Hoz Castro, quien obtuvo un registro de 450 puntos que le permitirá, conforme se lo contó a EL HERALDO, tener la oportunidad de estudiar Ingeniería Mecánica e Ingeniería Electrónica en la Universidad de los Andes.

Pero además 97 instituciones distritales mejoraron sus cifras y promedios y en general la ciudad avanzó 4 puntos en su puntaje general en relación con 2023.

En relación con los resultados del Atlántico, también se destaca que el departamento tuvo los mejores resultados de los últimos 8 años y poco a poco ha venido incrementando los puntajes globales tanto de las instituciones urbanas como las rurales, obteniendo este año un aumento de 5 y 6 puntos, respectivamente. Adicionalmente, para la Secretaría de Educación departamental es positivo que 68 estudiantes hubieran logrado puntajes superiores a 350.

En el relato de su experiencia, Javier contó que la prueba la comenzó con las materias en las que sabe que se destaca, confió en su conocimiento y habilidades y los simulacros que hizo antes de la evaluación definitiva.

Lo propio hizo el otro barranquillero destacado en la prueba que aplica el Icfes, Julián Enrique Barrera Cusba, que con 480 puntos se convirtió en el joven con el segundo mejor puntaje del país y se graduará como bachiller del Liceo de Cervantes. Sostiene que su estrategia fue estudiar a conciencia pensando en aprender, confiar en el proceso y la preparación que tuvo, concientizándose también del hecho de que un resultado no definiría su futuro ni limitaría sus sueños. Así manejó los miedos y las presiones, con el apoyo de sus seres queridos y el de sus profesores.

Julián tiene planeado entrar a la Universidad del Norte a estudiar Medicina.

Como lo manifestaron tanto Javier como Julián, la clave del éxito es prepararse, confiar y construir el sueño que junto a sus familias vienen trabajando desde muy pequeños. Ellos son ejemplo de tenacidad, constancia y disciplina y por eso vale la pena dedicarles este espacio para brindarles un reconocimiento porque es un mérito de ellos, sin duda alguna, pero que no hubiera sido posible si no contaran con las herramientas necesarias.

En ese sentido, que sea una ocasión para que todos los gobernantes y autoridades del país no olviden que es absolutamente imperativo que vuelquen cada vez más recursos y esfuerzos a la educación. No solo pensando en ampliar las coberturas, sino enfatizando en la calidad, en el bilingüismo, en el pensamiento crítico, en las tecnologías de información. Nuestras nuevas generaciones merecen y demandan más y mejores oportunidades de formación.

Barranquilla y el Atlántico así lo han entendido y por eso se empiezan a recoger los frutos de la inversión en los niños y adolescentes de nuestros territorios.