A estas alturas nadie debería sorprenderse con las sibilinas propuestas lanzadas por el Gobierno del Cambio. O, para ser más exactos, con los grandilocuentes anuncios que suelta así sin más en un intento de desviar la atención ciudadana del foco de alguna crisis, usualmente grave, que no ha sido capaz de prever ni solventar, pese a estar al frente del timón desde hace más de dos años. La más reciente, la falta de recursos del Icetex que tiene en vilo a 200 mil estudiantes que a la fecha no tienen asegurado el próximo semestre.
En esta incertidumbre, confirma el Ejecutivo que buscará convertir a la entidad en un banco de primer piso, el Banco del Saber, que al margen de su viabilidad, porque aún no se conoce documento ni cifras que lo avalen, no resuelve la actual situación que afecta a los jóvenes, a sus familias, ni desbloquea la inexistente o, al menos, distante relación entre los ministerios de Educación y Hacienda que parece que poco conversan.
Haciendo fila están 140 mil beneficiarios que esperan las renovaciones de sus créditos para matricularse, pero como el Gobierno no le ha girado a la entidad $432 mil millones, recursos correspondientes a la vigencia de 2024, esta no ha podido saldar su deuda con las universidades privadas. Y sin paz y salvo en los pagos no pueden inscribir materias.
En la cola también se encuentran 60 mil estudiantes a los que la presidenta encargada del Icetex, Patricia Abadía, notificó que la convocatoria para los nuevos créditos en 2025 está suspendida hasta nueva orden.
Dicho de otra forma, el Ministerio de Hacienda no solo le adeuda al Icetex casi medio billón de pesos debido a su falta de caja, sino que por los recortes derivados de la estrechez fiscal para el próximo año habrá mucha menos plata para financiar la educación superior. Casi 2 billones menos.
Pésimo mensaje que este Gobierno le envía a los jóvenes que respaldaron su promesa de campaña de aumentar a 500 mil los cupos, crear universidades y condonar créditos para fortalecer la formación, como se ha demandado. Si este sector no es una prioridad, ¿cuál lo sería? Al ministro de Educación, Daniel Rojas Medellín, le ha estallado en las manos una bomba de relojería con un enorme potencial destructivo, del que apenas ahora parece enterarse.
Cierto que el Icetex está lejos de ser una entidad modélica. Miente el que señale lo contrario. De hecho, han sido reiterativas las críticas sobre este programa que, con todo, ha facilitado la formación de más de 5 millones de compatriotas a través del sistema mixto de la educación superior en el país.
El desafío tiene que ser mejorarlo, con el concurso concertado de todos los actores involucrados para apuntalar su estabilidad o sostenibilidad, ofreciendo más y mejores posibilidades en condiciones favorables, respecto al subsidio, las tasas y otros beneficios, para quienes decidan acceder a él. Convertirlo en un banco tradicional, como pretende el Gobierno, podría ser un salto al vacío, porque las garantías de un ahorro público no se edifican de la noche a la mañana.
Así las cosas, si se queda sin suficientes recursos del Presupuesto General, los incumplimientos podrían crecer. Es un riesgo que no se deberían permitir. Aquí no cabe ninguna prueba de ensayo y error. Los mensajes que entrega el Ministerio de Educación sobre el Icetex son ambiguos.
Mientras esta crisis se incubaba, el instituto ha estado nueve meses en interinidad. ¿De dónde sale ahora la idea de convertirlo en un banco de primer piso, vía proyecto de ley que será presentado en 2025? El Gobierno hace bien en fortalecer la universidad pública, pero en su pensamiento asfixiante y excluyente decide darle la espalda a la privada, desconociendo que la oferta de la pública no alcanza a cubrir la demanda de cupos.
Julieth Rincón, presidenta de la Federación Nacional de Representantes Estudiantiles, Fenares, le dijo a EL HERALDO que de los 39 mil jóvenes que se presentaron a la Universidad Nacional solo pasaron 6.700. Y los otros 32 mil, ¿deben resignar sus aspiraciones de formarse, si es que así lo deciden en una privada –vía Icetex– porque habría menos recursos para respaldar el modelo mixto de la educación superior? Peligroso e innecesario juego.
El ministro habla de no macartizar lo público, ¿pero eso no es lo que hace con lo privado? Si estas universidades no tienen cómo seguir adelante, el desfase entre oferta y demanda será difícil de subsanar.
La educación superior tiene un suma y sigue de pendientes que el Gobierno prometió abordar, pero de la misma factoría de ideas sin concreción, seguimos esperando que algo suceda.