Cuadro Vivo, el arte efímero, ese que es innato, construido con algo de antelación y cuya magnífica puesta en escena se aprecia solo durante 90 o 120 minutos, ahora ya es eterno.

Su belleza, autenticidad y creatividad lo han hecho único e irrepetible. En Galeras, Sucre, su lugar de origen, el mismo donde año tras año también cobra vida, desde el 4 de diciembre de 2024 no se cambian por nadie. Con alegría y orgullo no han dejado de celebrar su declaratoria de Patrimonio Cultural e Inmaterial de la Humanidad por decisión de la Unesco.

Se trata de un justo y merecido reconocimiento al talento de los creadores de esta expresión cultural y artística que 10 años atrás había sido declarada Patrimonio Cultural e Inmaterial de la Nación. De modo que la fiesta que se vive por estos días, y hasta el próximo 5 de enero, en la población de tierra ‘colorá’ es inconmensurable. Cómo no celebrar ruidosamente esta primera versión del Festival Folclórico de la Algarroba y Cuadros Vivos con connotación internacional que todos esperan que se traduzca en una presencia masiva de turistas nacionales y extranjeros, atraídos por la tradición y el costumbrismo de este arte.

En Galeras, su gente valora inmensamente su cultura. Complacidos, recuerdan que en 2025 el festival llega ya a su edición 37, pero no pasan por alto que desde hace más de 100 años en el municipio se escenifican cuadros vivos. De hecho, la actual generación de abuelos participó en ellos cuando eran niños, lo que permite entender porque la tradición no muere.

En ese sentido, también son conscientes que la declaratoria de Patrimonio Cultural e Inmaterial de la Humanidad implica una gran responsabilidad. Esta comunidad dice que la exaltación obtenida los compromete aún más a preservar la pasión que llevan en la sangre.

Asumen con determinación la creación y puesta en marcha de un plan de salvaguarda que sea legalmente constituido. Sin embargo, los profesores de Galeras, en especial los de arte, valedores de lo que esto representa para su identidad, han afianzado desde sus cátedras todo lo referente a los Cuadros Vivos, con el propósito de mantener esta tradición intacta.

Ahora, su labor deberá ser reforzada para asegurar la continuidad de “la galería a cielo abierto más grande del mundo”, como los calificó hace una década la antropóloga social y documentalista Gloria Triana, cuando los vio. No obstante, las autoridades de Galeras, su gestores culturales y el pueblo en general han debido trabajar con las uñas para dar lo mejor de sí durante las noches de puesta en escena -una de ellas por primera vez nacional- con el escaso presupuesto que el Ministerio de las Culturas les otorgó: 21 millones de pesos que no se compadece con la magnitud del logro alcanzado y mucho menos con el presupuesto total que demanda un evento de esta magnitud, estimado en unos 600 millones de pesos.

Que el festival sea la ocasión propicia para que el pueblo de Galeras, gran hacedor y protagonista de Cuadros Vivos, solicite al ministro de las Culturas, los Artes y los Saberes, Juan David Correa, el apoyo necesario para seguir sacando la cara para su expresión cultural más auténtica, fiel representación de su departamento y de lo que es Colombia ante el mundo. No parece una misión sencilla, a tenor de las estrecheces fiscales del Gobierno del Cambio que le han obligado a trazar un plan de austeridad que diezmará considerablemente el presupuesto del Ministerio, como ha trascendido, pero es lo que les corresponde hacer.

Al margen de esta consideración que en cualquier caso no es menor, Galeras se encuentra de fiesta y aún espera e invita a los colombianos a deleitarse con la magia de sus Cuadros Vivos y con el destacado profesionalismo empírico de sus actores o dioses. ¡Se lo merecen!