Superado el 2024, primer año de gobierno de los actuales mandatarios locales, aprovechado para organizar finanzas y gestionar recursos, se viene el tiempo de ejecutar las grandes obras que generarán mayor impacto en sus gobernados y que marcarán la evaluación de sus promesas de gobierno.

En el caso del Distrito, durante 2024, se avanzó en la finalización de importantes proyectos que venían en marcha como la playa de Puerto Mocho y el Hospital Nuevo Barranquilla, también de manera muy rápida se pudo entregar al servicio la primera fase del Malecón de Rebolo, la primera gran promesa de campaña del alcalde Alejandro Char.

Así mismo se dieron importantes avances en otros programas como los relacionados con vivienda, como Mi Techo Propio, mejoramientos y titulación, así como la renovación de mercados públicos, entre otros.

En relación con el Atlántico también se entregaron obras pendientes como la primera fase de la Gran Vía, el Muelle 1888, entre otras, pero principalmente el gobernador Eduardo Verano dedicó el primer año a planificar y estructurar los proyectos en los que invertirá una suma por el orden de los 7 billones de pesos durante los próximos tres años de mandato.

En ese sentido, el 2025 promete ser un año de grandes inversiones para el departamento y para la ciudad, lo que deberá traducirse en un gran impacto económico y social que generará empleo y mejorará las condiciones de vida de miles de ciudadanos que serán beneficiados con la materialización de una serie de obras que comienzan a licitarse, adjudicarse y ejecutarse a partir de este mes de febrero.

Con recursos que superan los 326 mil millones de pesos, la Alcaldía de Barranquilla ya ha anunciado que este año se desarrollará una gran intervención en vías, con Barrios a la Obra, mejorando y construyendo 380 tramos en 90 barrios de las cinco localidades; se habilitará un nuevo espacio recreodeportivo en el Gran Malecón del Río: el skatepark, cuya ejecución está prevista para un tiempo de 4 meses a partir del inicio; y también se espera que la próxima semana se adjudique la licitación para la renovación urbanística de una de las más emblemáticas e históricas calles de la ciudad: la 72, que tendrá una nueva cara para cuando termine este 2025, de acuerdo con el cronograma del proyecto.

Y por el lado de los municipios, la Gobernación ha ido confirmando también los inicios de obra y las aperturas de licitaciones de importantes proyectos contemplados en el plan de desarrollo ‘Atlántico para el mundo’, entre los más destacados la segunda fase del Comando de Policía de Sabanalarga, el Corredor Internacional del Atlántico –ampliación y mejoramiento de la carrera 38 en Juan Mina–, el acueducto del corregimiento de Villa Rosa, en Repelón, la PTAR de Santo Tomás, Sabanagrande y Palmar de Varela; y el alcantarillado en La Arenosa en Santo Tomás, todo con una inversión por el orden de los 220 mil millones de pesos. A la que se le suma la del Gran Malecón del Mar, proyecto que comenzó a ser socializado, al igual que el Malecón del Bicentenario en Suan y el Megaparque de las Ferias en Sabanalarga.

En tiempos en que los incumplimientos y los bajos niveles de ejecución presupuestal están generando en el país todo un tsunami político, bien vale la pena celebrar que en Barranquilla y el Atlántico se están materializando los planes de desarrollo. En medio de las afugias fiscales y los recortes presupuestales de la nación, los mandatarios locales han apelado a la cofinanciación internacional, al apoyo del sector privado y a la consecución de créditos para poner a andar las grandes obras que requieren sus territorios.

Las necesidades no dan espera y la economía requiere de la inversión pública para reactivar o no dejar caer sectores tan importantes como la construcción, jalonadora de empleo y motor de desarrollo en las ciudades. De tal manera que, por fortuna, por estas tierras no aplica el dicho “obras son amores y no buenas razones”.

Las obras que se están ejecutando y licitando son amores y también razones para creer que se va por el camino correcto en materia de infraestructura pública para el desarrollo.