Lo que debió ser desde el principio y en el curso de su desarrollo hasta su materialización una buena noticia,terminó en un rollo jurídico que incluso le costó la cabeza a la directora territorial en el Caribe de la Sociedad de Activos Especiales (SAE). Todo por una mala o tal vez inexistente comunicación entre niveles territoriales de una entidad estatal que, se presume, debería tener muy bien establecidos los procedimientos, protocolos y mecanismos jurídicos para el cumplimiento de su misión y de sus funciones.
Y aunque el resultado, sobre todo cuando es positivo, es al final de cuentas muy importante para una evaluación, también son igual de importantes las formas y los medios para llegar a él.
Hablamos en estas líneas editoriales de la resolución que finalmente tuvo el predio Villa Arte, que quedará definitivamente en manos de la Universidad del Atlántico para ofrecer formación artística y académica a más de mil estudiantes como una sede alterna de la Facultad de Bellas Artes, también hoy retrasada en su entrega, tras dos largos años de la difícil ejecución de obras para su recuperación.
Una confusión en los trámites requeridos embolató y dilató la entrega de la vieja casona ubicada en el barrio El Prado de Barranquilla a Uniatlántico.
En marzo de 2024, el entonces presidente de la SAE y hoy ministro de Educación, Daniel Rojas, vino a la ciudad a entregar en comodato el inmueble. Ruta que, según explicó a EL HERALDO la saliente directora territorial de la SAE, Nevys Niño, se definió desde que se inició el proceso en 2023 como un mecanismo transitorio para que la institución universitaria pudiera comprometer y ejecutar los recursos necesarios para los estudios de mejoramiento y adecuación de la casa. mientras se avanzaba en la destinación definitiva.
Ante la petición de Uniatlántico para poder proseguir con sus acciones para recuperar Villa Arte, esta semana la propia SAE emitió desde su presidencia un comunicado en el que informaba que el trámite de destinación provisional sobre el bien que comenzó la dirección territorial era incompatible con el comodato, y ahí vino el malestar y la protesta de los estudiantes de la universidad que entendieron que el proceso podría tener marcha atrás o dilatarse aún más y seguir aplazando las posibilidades de contar por fin con la sede alterna para sus actividades de formación.
Entre señalamientos, discusiones y gestiones, finalmente la tramitología llegó a su fin y el pasado viernes en la tarde la presidenta de la Sociedad de Activos Especiales le entregó al rector de la Universidad del Atlántico la resolución de destinación definitiva de la casa Villa Arte, lo que le permitirá continuar con el proceso de recuperación para convertirse en la segunda sede de Bellas Artes.
El 7 de abril, el día del cumpleaños de la capital del Atlántico, se tiene previsto un acto formal de entrega, poniéndole sello final a esta confusión jurídica que afortuanadamente para la comunidad académica tuvo un positivo desenlace, lo que evidencia que con gestión, voluntad y diálogo es posible zanjar diferencias, dirimir conflictos y encontrar soluciones en bienestar de los involucrados o afectados por las decisiones administrativas en manos de funcionarios públicos que son quienes al final hacen mover y actuar al Estado.
Surtido el trámite jurídico de destinación y posesión del inmueble, ahora viene la tarea del rector y de las autoridades de la alma mater de concluir la búsqueda de los 14 mil millones de pesos que se estima es el costo aproximado de las labores de mejoramiento completo de la vieja casa que había pertenecido a la firma Promocon. Según lo reportado por la universidad, ya se habían invertido 399 millones de pesos en los estudios del proyecto y 112 millones de pesos en la póliza para respaldar la adecuada destinación y uso del bien.
La tramitología y las normas establecidas no pueden convertirse en los osbtáculos y las excusas para que el Estado y sus representantes, en todos sus niveles, no cumplan con su trabajo y con los compromisos que se asumen, que por demás deben ser estudiados antes de anunciarlos públicamente.