Una de las series que está en tendencia por estos días en Netflix es Adolescencia, la cual ha puesto a reflexionar a “medio mundo”. Se trata de un verdadero campanazo de alerta sobre una preocupante realidad que hoy sacude al Reino Unido: el aumento alarmante de muertes por apuñalamiento entre adolescentes.

Esta producción, además de exponer una problemática social urgente a través del caso de Jamie, de 13 años, ha abierto un debate necesario sobre el papel de las familias en la formación de valores en sus hijos.

Según cifras entregadas por la Oficina de Estadísticas Nacionales (ONS), en Inglaterra y Gales las víctimas de homicidio adolescentes tienen muchas más probabilidades de haber sido apuñaladas hasta la muerte que cualquier otro grupo de edad.

Entre 2023 y 2024, 53 de 64 víctimas de homicidio de entre 13 y 19 años fueron asesinadas con un elemento afilado. Esta cifra es significativamente superior a la proporción de homicidios con cuchillos para todos los grupos etarios, que fue del 46 % para el mismo período.

Ahora bien, el fenómeno que aborda la serie no es exclusivo de una región, ni de una cultura particular. La violencia juvenil, muchas veces ligada a la falta de orientación emocional, la desintegración familiar y la presión social, es una preocupación de carácter mundial. Sin embargo, lo que más inquieta es la tendencia a responsabilizar únicamente a los padres por estas tragedias, sin contemplar la complejidad del entorno en el que se desenvuelven los jóvenes.

Si bien es cierto que el hogar es el primer espacio de formación y que los padres tienen un rol fundamental en la transmisión de valores como el respeto, no se puede desconocer que la sociedad también incide en la construcción del carácter de los adolescentes. El entorno escolar, la influencia de los amigos, las redes sociales y las dificultades socioeconómicas también juegan un papel determinante en sus conductas.

Esta serie también reaviva el debate global sobre el acceso a internet de los menores, a los celulares y especialmente de las redes sociales. En concreto, pone el foco en la llamada ‘manosfera’, el término utilizado para describir a la red de páginas web y foros que promueven el odio a las mujeres y se oponen al feminismo, así como la cultura ‘incel’ (celibato involuntario), donde los hombres culpan a las féminas de su frustración por no ser capaces de lograr una pareja sexual.

Daisy Greenwell, fundadora de la iniciativa ‘Infancia Libre de Teléfonos Inteligentes’ (SFC, en inglés), a la que se han unido más de 100.000 padres en el Reino Unido, comenta que el drama de Netflix muestra de forma “brillante” los temores que tienen los padres sobre los teléfonos móviles y la pérdida de control sobre el contenido que sus hijos consumen en internet.

“Adolescencia captura el peor de los escenarios, en el cual, dentro del hogar, tu hijo se ha radicalizado y se convierte en alguien a quien no reconoces. Pese a tus esfuerzos como padre y las horas invertidas en tus hijos (...) puede estar pasando algo en tu casa sin tú saberlo”, advierte la fundadora de SFC, que aboga por retrasar la edad para tener móvil hasta los 14 años.

Por su parte el actor Idris Elba, que realizó un documental para la BBC sobre las soluciones a los delitos con cuchillos, dijo que si bien prohibir la venta de cuchillos estilo zombi es un paso positivo, también es necesaria una intervención temprana. “El Parlamento no le ha dado a esta cuestión la atención que merece. Nuestros líderes políticos deben darle ahora prioridad”.

Por todo lo anterior, Adolescencia se ha convertido en una invitación directa a reflexionar sobre la necesidad de fortalecer el diálogo en casa, de fomentar la confianza y de brindar herramientas a los jóvenes para que puedan afrontar la presión social y resolver sus diferencias sin recurrir a la violencia. Asimismo, encara a las instituciones educativas y a las autoridades para que no deleguen toda la responsabilidad en las familias, sino que promuevan programas efectivos de prevención y acompañamiento psicológico.