Desde el 21 de mayo, cuando el ministro de Salud, Fernando Ruiz, anunció que Barranquilla y el Atlántico serían pilotos de la reactivación en el país, los sectores económicos y las administraciones distrital y departamental se pusieron manos a la obra para concretar la estrategia ‘Plan de Bienestar para la reactivación’.
El sexto mes del año, junio, arrancó con esperanza para el comercio, para la cultura, para el turismo, para la gastronomía, sectores fuertemente afectados por la pandemia que con la mayor valentía y esfuerzo resistieron los embates de la crisis generada por los confinamientos obligatorios y que hoy son motores fundamentales para impulsar la reactivación económica y el rescate de los empleos perdidos.
Más de 500 mil dosis de vacunas aplicadas y una capacidad de aplicar 16 mil diarias complementan la labor para lograr la plena y segura reactivación en la ciudad.
Como lo afirmó en su momento el ministro Ruiz, el propósito es que se dé “un proceso grande, masivo, progresivo y acelerado de apertura de todos los sectores educativos, culturales, económicos, de entretenimiento”, todo en busca de generar mejores condiciones para la salud física y mental de los ciudadanos.
Y en esa estrategia un sector clave es la educación, el primer eje que abordamos en esta serie de informes que EL HERALDO publica desde este miércoles en el marco del especial ‘Reactiva Barranquilla, reactiva Atlántico’.
Los 239 colegios oficiales del Distrito y del Atlántico se han preparado para cumplir con la instrucción del Ministerio de Educación de traer de vuelta a las aulas a los estudiantes después del 15 de julio. Todo un reto, pero también todo un compromiso que docentes, padres de familia y estudiantes deben acompañar asumiendo todos los protocolos de bioseguridad y las medidas de autocuidado para que el plan funcione y el beneficio para niños y jóvenes sea sostenible en el tiempo.
Completamos tres fines de semana sin restricciones de horarios ni de movilidad. La gente volvió a los centros comerciales, a los cines, a los museos, a los conciertos, a los bares, que desde esta semana tienen licencia para extender su horario de atención hasta las 3 de la mañana.
Soplan con fuerza los vientos de la reactivación. La confianza está puesta en que la sensatez se mantenga en los ciudadanos para que no tiren por la borda los sacrificios y cuidados que hasta ahora han soportado y observado, y así, entre todos, logremos mantener a raya el nefasto virus que nos cambió la vida.
Que el índice de resiliencia epidemiológica que nos permite hoy la apertura, también indique la resiliencia económica para que Barranquilla y el Atlántico retomen con fuerza sus actividades para atraer más y mejores inversiones. ¡Todos lo necesitamos!