Éramos muchos y parió la abuela. Este dicho de gran arraigo popular se ajusta bastante bien a la situación que hoy afrontan pacientes contagiados de COVID-19 en Barranquilla y el Atlántico, a quienes sus Entidades Promotoras de Salud, EPS, les acaban de notificar que no les realizarán una segunda, tercera y cuarta prueba de control para verificar si siguen siendo portadores del virus.

De ahora en adelante, las muestras adicionales, luego de la notificación del primer diagnóstico, únicamente se aplicarán para quienes se encuentren hospitalizados o estén recibiendo tratamiento ambulatorio.

Aclaran las EPS que solo están dando cumplimiento a nuevos lineamientos establecidos, a partir del mes de julio, por el Ministerio de Salud para el manejo y la atención de la COVID-19 en el país. Y si aún quedan dudas, esta disposición tiene origen en las recomendaciones entregadas por la Organización Mundial de la Salud (OMS), el Centro de Prevención y Control de Enfermedades de Atlanta y la Clínica Mayo, que son considerados referentes mundiales en el manejo de la pandemia.

Según estos organismos, los criterios de curación de la enfermedad pueden ser clínicos y no requieren pruebas adicionales, por lo que después del día 10 del comienzo de los síntomas las personas contagiadas ya no infectan a los demás.

Así las cosas, las pruebas adicionales ya no son un requisito para avalar el regreso de los pacientes positivos para coronavirus a sus sitios de trabajo o a actividades laborales. En otras palabras, después de 10 días de aislamiento en casa tras la primera prueba, lo que se considera el período de recuperación, las EPS se encargarán de gestionar el término de las incapacidades y las personas podrán salir de su cuarentena, volver a tener contacto con su familia, salir a la calle para retomar con normalidad sus obligaciones laborales o para realizar diligencias.

Con base en este nuevo protocolo, las EPS, fuertemente cuestionadas por la deficiente respuesta que han brindado a sus usuarios durante la actual crisis sanitaria, especialmente por las demoras en toma de muestras y entrega de resultados, quedan ‘liberadas’ de buena parte de esa enorme responsabilidad que les demandaba un inmenso despliegue de recursos humanos y técnicos y que claramente las había llevado al límite de sus capacidades, en algunos casos, y en otros las había superado por completo.

No es un asunto que se pueda digerir con facilidad. Hoy las EPS les piden a sus usuarios comprensión para asumir los cambios que conllevan estas nuevas orientaciones, que aseguran les permitirán enfocarse en ser más oportunas en el diagnóstico inicial, rastreo de contactos, cercos epidemiológicos y atención de pacientes, mejor dicho, todo lo que hasta ahora les ha quedado grande llevar a cabo en esta coyuntura de salud pública en Barranquilla y el Atlántico, donde demasiadas personas se han visto afectadas por cuenta de su falta de estrategia para afrontar la emergencia.

A las EPS habría que preguntarles, ¿qué pasa con las personas que desde junio están esperando una prueba inicial, soportando quebrantos de salud, aislados en sus casas, sin poder trabajar y sometidos a la angustia de contagiar a sus seres queridos?, ¿se pueden considerar sanas o no?, ¿cuál es el criterio de curación clínica de la enfermedad, si es que alguna vez la tuvieron, porque no hubo prueba o diagnóstico que lo confirmara o descartara? Demasiados interrogantes que hoy se formulan ciudadanos desesperados y decepcionados del trato que han recibido de sus EPS en medio de esta crisis.

Ahora que la curva de contagios comienza a acelerarse en otros departamentos del Caribe colombiano y existe riesgo de colapso en sus sistemas de salud por un incremento en la demanda de camas UCI, metiendo aún más presión a la red hospitalaria de Barranquilla y el Atlántico, sería clave que las EPS asumieran una estrategia de atención prioritaria y diferencial en la Región para recuperar la confianza perdida por su falta de consideración y respeto hacia sus usuarios, a muchos de los cuales siguen sin darles la cara en medio de esta emergencia.