Lo ocurrido el martes en Barranquilla, cuando funcionarios de la Sociedad de Activos Especiales (SAE) intentaron durante 10 horas, sin éxito, desalojar la mansión de la exempresaria del chance Enilce López, solo puede ser calificado de esperpento.

El operativo se convirtió en un auténtico show mediático de alcance nacional, en el cual participaron representantes de ocho instituciones, además de la SAE: Policía Nacional, Inpec, Gestión Social de la Alcaldía, Procuraduría, ICBF, Personería, Medicina Legal y Secretaría de Salud.

El espectáculo parecía extraído de la tradición española del sainete. Durante toda la mañana y la tarde, un torbellino de funcionarios estuvo reunido en la acera delante del palacete de ‘la Gata’, del que entraban y salían los abogados de la exempresaria. Los funcionarios se marcharon al caer la tarde sin cumplir su cometido, que era incautar el inmueble a su propietaria dentro de un proceso que la implica en lavado de activos.

No era, por cierto, la primera vez que la SAE intentaba hacerse con la vivienda de Enilce López. Uno de los factores que tienen enredada la operación de desalojo es que López –condenada a 27 años de prisión por un homicidio relacionado con el paramilitarismo– cumple en estos momentos la condena en su domicilio, tras alegar ante la justicia graves problemas de salud que le impiden recibir el tratamiento adecuado en un centro penitenciario.

Esta vez, los abogados de ‘la Gata’, más que apelar a los quebrantos de salud de su cliente para evitar el desalojo –la Corte Suprema les acaba de cercenar esa línea argumental–, adujeron que López está dispuesta a abandonar su mansión el 4 de mayo, una vez esté lista una casa que ha tomado en arriendo en el barrio Paraíso. Entregaron a los delegados de la SAE una copia del contrato, y estos accedieron al requerimiento.

Sin entrar en valoraciones jurídicas sobre la decisión de los funcionarios de la SAE, sí podemos afirmar es que todo este operativo deja mal paradas a las instituciones, porque transmite la percepción nada edificante de que una persona condenada y procesada por delitos graves se sale una y otra vez con la suya. El hecho es que, con la justificación del mal estado de salud, ‘la Gata’ apenas ha pisado la cárcel, y, además, ha logrado en dos ocasiones evitar el decomiso de su mansión.

Esperemos, pues, al 4 de mayo para ver si la mudanza se produce. Y, más importante, está por verse si el Inpec logra garantizar las condiciones médicas en algún centro penitenciario para que López vuelva a prisión, como lo han reclamado la Corte y la Procuraduría.