La batalla por el presupuesto de la Nación para 2019, que el lunes pasa a debate parlamentario, está demostrando con toda su crudeza la necesidad urgente que tenemos los costeños de unirnos para defender nuestros intereses ante un Estado excesivamente centralista.

El proyecto de presupuesto encerraba un atropello contra la Región Caribe, pues le reducía en $700 mil millones los aportes con respecto a los que está recibiendo en el año en curso, que ascienden a $8,2 billones. Lo más grave es que era la única región que iba a sufrir un recorte.

Gracias a la voz de alerta que lanzó EL HERALDO el domingo pasado, la bancada caribe en el Congreso se movilizó y logró frenar tamaña injusticia. Tras un arduo tira y afloja con el ministro de Hacienda, Alberto Carrasquilla, se ha conseguido que la partida para la Costa en 2019 ascienda a $9,8 billones. Es decir, en vez de bajar $700 mil millones con respecto al presupuesto del año en curso, se incrementará en $1,6 billones.

Se trata, sin duda, de una excelente noticia. Sin embargo, no debemos de ningún modo darnos por satisfechos, ya que, si bien se ha frenado con creces una tropelía descarada contra la región, aún queda un largo trecho por recorrer para que podamos cantar victoria.

Tras la corrección al alza acordada con el titular de Hacienda, la partida para la Costa subirá un 19,5% con respecto a 2018. Pero, en otras regiones más prósperas, ese aumento porcentual será mucho mayor.

Así, en la Zona Andina, será del 25%. En los Santanderes, un 27%. Y en el Eje Cafetero y Antioquia, el 19%, casi lo mismo que en el Caribe pese a ser un territorio mucho más rico. Y si observamos por departamentos, los aportes para el Atlántico crecerán un 12,5%, frente al 28% de Antioquia y el 25% de Valle del Cauca.

En otras palabras, el presupuesto, cuyo objetivo es acortar las brechas entre regiones, lo que está consiguiendo en la práctica es ampliarlas.

Cuando se miden las partidas por número de habitantes, la Costa sale ‘premiada’. Por ejemplo, cada atlanticense recibirá $720 mil en 2019, frente a los $521 mil y los $492 mil que obtendrán los vallunos y los antioqueños, respectivamente. Esa es, precisamente, la finalidad de un presupuesto: lograr un país cada vez más equilibrado, mediante un aumento progresivo del apoyo económico a las zonas rezagadas.

Pero ese trabajo de redistribución de la riqueza se va al traste cuando el aumento porcentual de las partidas para las zonas ricas es superior –incluso duplica– al de las más pobres.

Tal como titulamos ayer, la Región Caribe ha ganado el primer round por el presupuesto. Ahora, en el debate parlamentario, la bancada caribe tiene el deber de seguir dando la pelea.

Analizados por departamentos, los aportes para el Atlántico aumentarán un 12,5%, muy por debajo del 28% de Antioquia y del 25% de Valle del Cauca, territorios mucho más prósperos.