¿Fue la liberación del líder opositor venezolano Leopoldo López una medida humanitaria por su estado de salud? ¿Detrás de la decisión del Tribunal Supremo de Justicia hay una estratagema política que se irá revelando con los días? ¿Qué papel jugó el presidente Nicolás Maduro en la determinación de concederle el arresto domiciliario a su principal contradictor?
Según algunos analistas, la salida de López de la cárcel de Ramo Verde, donde estuvo preso desde 2014, podría obedecer a un intento de aproximación de Maduro al sector que él representa, con el objetivo de crear fisuras en la oposición.
Aunque no hay pruebas que certifiquen ese acercamiento, la mediación de expresidentes de España, Panamá y República Dominicana para abrir canales de comunicación entre las partes ha sido remarcada por la prensa internacional.
Esta situación, sin embargo, no debe distraer el foco de la forma en que ha sido aplastada la oposición al Gobierno de Maduro, con un baño de sangre en las calles de Caracas y otras ciudades que al cumplir 100 días de protestas ya deja 91 muertos y 433 “presos políticos”, detenciones que el Gobierno atribuye a los actos de violencia en las manifestaciones.
La oposición, conformada por distintos sectores, ha recibido con agrado que López se encuentre en su casa, pero reclama la liberación de todos los que continúan en su condición.
Tampoco puede pasar a segundo plano el acoso a la fiscal General, Luisa Ortega, quien se ha convertido en una piedra en el zapato para el Gobierno y es víctima de una persecución que podría acabar en destitución o en la propia cárcel.
El siguiente escenario en el que se volverán a medir fuerzas es el de las elecciones constituyentes fijadas para el 30 de este mes. La oposición busca frenar a toda costa esa convocatoria y enviar el mensaje de que la sola excarcelación de López no es suficiente.
Para Maduro, tener a López fuera de la prisión es quitarse de encima el peso de ser el responsable de la vida del contradictor que más inquieta al chavismo. “Ahora su vida es responsabilidad exclusiva de su esposa y aliados”, afirmó el ministro de Comunicación, Ernesto Villegas.
En su primera reacción tras la liberación del máximo dirigente de Voluntad Popular, el presidente venezolano reclamó de este un “mensaje de rectificación y paz”, para luego recalcar que acata y apoya la decisión del Tribunal Supremo ya que su país “quiere la paz”.
Y es eso lo que la comunidad internacional debe exigir de unos y otros actores. Que cese el derramamiento de sangre en las calles para que Venezuela vuelva a tener paz.