'Hallan cadáver de hombre dentro de un piano'.
De entrada, el titular captó su atención. 'No sabía que ahora las habitaciones incluían diarios', bromeó intentando aliviar la atmósfera. Al escuchar su risa, tomó el periódico y se recostó en el único sillón que encontró. Esperaba que ella interpretara alguna melodía para entrar en ambiente; extrañamente, la música siempre le había conseguido relaciones exitosas y él era paciente en esperar el clímax. De todas maneras, les restaban algunas horas en el 402; entonces prosiguió con la lectura.
'Un escalofriante caso de asesinato estremece a la ciudad de Nueva York. Uniformados de la Policía de Nueva York hallaron ayer jueves 25 de abril el cuerpo sin vida de un hombre dentro de la caja de un piano en un departamento de Little Italy, en Manhattan'.
–Este periódico debe ser muy antiguo, coincide con la fecha de mañana –dijo asombrado. Las palabras rebotaron en la pared.
'El descubrimiento se dio luego de que los vecinos alertaran a las autoridades por un hedor que emanaba del departamento 402 del edificio ubicado en la calle Mulberry'.
La coincidencia lo divirtió, pero quedó algo inquieto. Antes de continuar observó de reojo su figura frente al piano. La composición de la imagen era hermosa. El ángulo estrecho de su cintura y la firmeza de su piel marfil resaltaban con el vestido que había escogido para la ocasión, y el lustrado negro del piano alcanzaba a reflejar su belleza. Cuando todavía se preguntaba cómo había logrado conquistarla, notó que el color del traje hacía juego con sus mejillas enrojecidas.
'Aunque se desconoce la identidad del fallecido, testigos aseguran que se trataría de un hombre de mediana edad que ingresó en horas de la tarde al lugar junto con una mujer de vestido rojo'.
Vio su sombra cruzar hasta la pequeña cocina que estaba al otro lado de la habitación.
'El reporte inicial de Medicina Legal reveló que la muerte se produjo por arma blanca'.
Sintió su presencia cerca; entonces, mientras levantaba la mirada, encontró su propio reflejo en la hoja del cuchillo que ella sostenía. La miró a los ojos y lo supo. El clímax había llegado.