En el vasto universo de las relaciones amorosas, constantemente emergen nuevas tendencias que desafían las normas tradicionales y ofrecen perspectivas frescas sobre el amor y la convivencia. Una de estas tendencias, que ha ganado notable popularidad en los últimos tiempos, es el ‘toliamor’. Pero, ¿qué es exactamente esta práctica y por qué está capturando la atención de tantas parejas?
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Imagine una relación donde la conexión emocional y la comunicación abierta son pilares fundamentales, pero con un giro distintivo que la diferencia de las dinámicas convencionales. El ‘toliamor’ se presenta como una alternativa para aquellos que buscan enriquecer su vínculo afectivo, explorando nuevas formas de interacción y comprensión mutua.
A diferencia del poliamor, donde todas las partes involucradas consienten y conocen las múltiples relaciones, el toliamor se caracteriza por la ausencia de comunicación explícita sobre estas interacciones externas.
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Dan Savage, reconocido columnista especializado en relaciones, fue quien acuñó este término y describe a las personas toliamorosas como aquellas dispuestas a “hacer la vista gorda” ante ciertas infidelidades, enfocándose en las formas en que su cónyuge demuestra compromiso y amor en la relación principal.
“Es alguien dispuesto a hacer la vista gorda ante un baile erótico o una breve aventura después de años de matrimonio. Pueden concentrarse en todas las formas en que su cónyuge demuestra su compromiso y su amor. Y todas esas otras formas compensan o hacen tolerable el engaño que podría estar ocurriendo. Estas personas no son tontos ni engañados”, explicó el experto en su pódcast.
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Por otro lado, la investigadora de relaciones Marie Thouin también ha explorado este fenómeno, describiéndolo como un estilo relacional en el que uno o ambos miembros de una pareja monógama fingen no saber sobre las relaciones extramaritales de su compañero, con el objetivo de preservar el vínculo principal. Thouin señala que, en estos casos, se tolera el comportamiento no monógamo sin respaldarlo abiertamente.
Ejemplos notorios de dinámicas toliamorosas incluyen a parejas como el expresidente estadounidense Bill Clinton y la política Hillary Clinton, quienes, tras la exposición pública de infidelidades, optaron por mantener su unión en lugar de separarse o adoptar abiertamente otras parejas.
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Para algunos, el toliamor no es más que una forma disfrazada de infidelidad; para otros, es una estrategia silenciosa para mantener intacto un vínculo que, pese a los tropiezos, sigue siendo valioso.
Lo cierto es que esta dinámica no es nueva, solo que ahora tiene un nombre y genera más conversación. Cada pareja encuentra su propio equilibrio, y en ese juego de tolerancia, amor y acuerdos no dichos, hay quienes prefieren mirar hacia otro lado con tal de “conservar lo que consideran más importante”.
¿Y usted, estaría dispuesto a tener una relación ‘toliamorosa’?
