Lleva más de 20 años en México, pero su acento caribe y el ‘golpeao’ cartagenero siguen intactos cuando habla. No se le da muy bien el baile, pero cuenta con gracia que se las ingenia para gozar la música. Es graduado de arquitectura, pero no es lo que ejerce: lo suyo son las caricaturas.
Se trata de Javier Covo, conocido en el mundo artístico como Covo. Un caricaturista cartagenero que participó ayer en el Carnaval Internacional de las Artes mostrando a través de dibujos y música la historia del vallenato, un género que confiesa amar como representación de la cultura Caribe.
Ayer cumplió 60 años, mostró la historia del género en Bellas Artes con su presentación ‘Los muñequitos de Javier Covo’ y se reunió con su familia –son 13 hermanos–. Un día sin duda especial para él, aunque no le guste mucho el tema de cumplir años.
Llegó a Barranquilla con su esposa, Ileana Reyes, y dos mujeres más: Donia Way, una mestiza de Yucatán, México y Máxima, una palenquera. Ellas lo acompañan en todo momento, sea en su cabeza, en el papel o en una tableta que se ha convertido en los últimos años en su aliada para la creación de caricaturas.
'En Yucatán empezamos un proyecto de una mestiza representante de la cultura yucateca, se ha convertido en un símbolo de comunicación. A partir de ahí creé a Máxima que es una palenquerita y a través de ella estoy repitiendo lo que hice con donia Way', cuenta Javier.
El truco de Covo para que Máxima represente nuestra cultura costeña es empezar por las expresiones propias. La gente 'se engancha y encariña' y así conoce más de lo que él quiere que se sepa del Caribe.
Su hija se encarga de las publicaciones en redes, algo que parecía lejano para él pero sabe que ha aportado en la preservación de la cultura a través de estas dos mujeres.
'Quiero enaltecer la cultura Caribe a través del humor. Que no se crea que es solo rumba, nosotros tenemos un sentido de la vida más allá. Para mí usar el humor como un instrumento de difundir cultura es la razón de todo, lo que siempre he hecho'.
El humor gráfico es algo que ha hecho 'desde siempre', incluso mientras estudió 'algo serio' como arquitectura en Cartagena, pintura en México y restauración de monumentos en España y en su época de colegio.
'Yo desde siempre he dibujado en pupitres y a mis compañeros, lo clásico. Pero lo consideraba una cosa menor, yo quería estudiar el gran arte y a eso me fui, y la vida se encargó de llevarme a lo que realmente me gustaba', dice.
A él lo marcó un consejo: 'uno en la vida tiene que hacer lo que le resulta fácil'. Eso significa que uno no debe forzar las cosas, por el contrario, hay que dejar salir lo que se da naturalmente.
Hizo humor editorial en El Espectador 'en los años difíciles de Colombia',
Cree que tiene una deuda cultural con el Caribe y por eso, como él mismo lo dice, se montó en la película de Máxima.
Hay algo muy sencillo que ama de su cultura, la habladera. 'En el día a día el trato, las relaciones interpersonales que son muy fluidas. Lo caribe es un estado del espíritu, una manera de concebir el mundo y la vida en la que no está exento el humor, de hecho juega un papel fundamental'.
El humor, entendido como tal, no es el chiste, para Covo 'es una forma de ver la vida'.
De su presentación
Covo deja volar su imaginación a la hora de presentar su arte al público. No solo son sus ‘muñequitos’, él disfruta acompañarlo de música y representaciones en vivo y es justo eso lo que hizo ayer en Bellas Artes.
'Era el momento ideal para mí. Me fui hace tanto tiempo y quedaron cosas pendientes. En Medellín hice una presentación que era la vida de Mozart, era su vida en dibujos acompañado de una sinfónica y un actor, me encantó la idea y pensé hacerlo así en Barranquilla', asegura mientras ilustra con sus manos en el aire el conjunto vallenato que quería le acompañara y que al final, por tema de tiempo, no se pudo.
Su presentación entonces fue 'más cerrada', dibujos que aparecieron en vivo, la historia del vallenato con viñetas de humor que iban acompañada de aquél ritmo que ha perdurado en el tiempo, identifica al Caribe y tanto le gusta a él y su familia.
De su éxito en redes habla con notable emoción. Destaca que aunque no es de la generación digital, le causa mucha gracia que las personas que lo ven así lo piensen. 'Nosotros agarramos el bus de la tecnología y nos enganchamos', afirma.
Ese nosotros al que siempre se refiere en las conversaciones sobre su trabajo incluye a toda su familia, especialmente a su esposa a quien presenta como mánager, cocreadora de donia Way y polo a tierra.
Covo encontró en lo 'inserio' que no estudió su mayor pasión, en su fecha de cumpleaños una referencia para su matrimonio e incluso el aniversario de donia Way. El humor gráfico para transmitir la esencia cultural es su pilar y ahora busca llevar a los rincones del mundo –incluyendo los digitales– lo mejor de su mundo Caribe.