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El documental Nueva Venecia es como el amor, explicó su director Emiliano Mazza. 'Comienza con esa etapa de enamoramiento y ceguera en la que todo parece ser perfecto y hermoso, luego los defectos empiezan a salir a flote, y cuando el amor es verdadero no importan esas cosas malas, se intenta hacer que funcione'. Así va esta historia, que plantea una especie de 'realismo mágico deteriorado'.

Es la visión de un par de extranjeros, un uruguayo (director) y una mexicana (productora), que se maravillan por este pueblo construido sobre el agua y que quiere, además, hacer una cancha de fútbol en ese complejo fluvial. Una historia en la que descubren que no todo es tan pintoresco en Nueva Venecia, sino que existen grietas que no son tan fáciles de reparar.

Es un relato de resistencia y esperanza, que muestra cómo este grupo de personas intenta rescatar uno de los puntos de encuentro que tiene el pueblo, la cancha de fútbol, que se está inundando constantemente, y que no desaparece de la memoria de sus habitantes.

En Nueva Venecia la estabilidad no existe, todo se encuentra en un meneo constante y cosas cotidianas como desplazarse de un lugar a otro pueden pasar de tomar diez segundos a cinco minutos. El agua, como carretera, marca su propio ritmo, tiene su propio tiempo.

La música de los picós se esparce por toda la población que tiene aproximadamente trescientas casas y más de dos mil habitantes. Es un ruido que va, según relató Mazza, de un eterno cumpleaños en el que siempre suena Diomedes Díaz a un 'exorcismo cristiano'. Por eso, el documental no tiene sonido ambiente. Está cargado de metáforas y la música es una de ellas.

Una de las escenas hace alusión al retorno utilizando un cerdito, que no solo anda curiosamente en el agua, sino que siempre vuelve a su rancho. Lo mismo sucedió con los habitantes de Nueva Venecia, quienes sufrieron una masacre el 22 de noviembre del 2000 en la que asesinaron a 40 personas en la iglesia del pueblo, pero su arraigo al territorio era tal que decidieron volver allí a pesar del dolor. El fútbol es la luz de esperanza de los habitantes del municipio quienes a pesar de las dificultades que han atravesado siguen teniendo sueños.

'Nuestra idea era hacer una película, ahora la película hace posible otros sueños'

Luego de realizar el documental, el director, Emiliano Mazza, y la productora, Martha Orozco, descubren que no solo querían evidenciar una realidad sino que les interesaba más fomentar el desarrollo. Por eso, crearon la campaña ‘La revancha’, con la que han conseguido que más personas se interesen en esta población.

'A través de la película empezamos una estrategia de impacto social en la comunidad, nos dimos cuenta al estar ahí viviendo y conviviendo con ellos durante un periodo de tres años de todas las dificultades que tenían los niños, los adultos, los servicios de agua y de educación, y nos dimos a la tarea de que la película tenía que ser un vínculo de difusión y que causara este impacto social', contó Orozco.

En cada presentación que hacían de la película les hablaban a los asistentes acerca de esta comunidad y gracias a ello se fueron creando organizaciones y proyectos que han generado un impacto positivo para Nueva Venecia.

Cuando los jóvenes llegan a bachillerato se acaba su educación, no hay otras oportunidades de formación, por eso han buscado llevar talleres para que en la comunidad puedan desarrollar oficios técnicos o crear negocios que sean sustentables para poder vivir.

Desde el miércoles 8 hasta el jueves 11 de mayo los realizadores hicieron una gira por varios lugares de Barranquilla en los que proyectaron el documental ‘cobrando’ la entrada con kits escolares para los habitantes de Nueva Venecia.