Roberto Cavalli presentó ayer una colección inspirada por los desiertos de África del Norte, mientras Salvatore Ferragamo siguió entre lo chic y lo clásico durante la cuarta jornada de la Fashion week milanesa.
Dirigido por el inglés Paul Surridge, Roberto Cavalli realizó su desfile bajo un calor calcinante, podría decirse que casi en complicidad con su temática.
'Hice recientemente un viaje con mi equipo a Marruecos, tras el cual quise mezclar la tradición de la ornamentación, un elemento importante del vocabulario de la casa Cavalli, con la de los artesanos de Marruecos', dijo el creador tras las bambalinas del desfile.
Se encuentra entre las lentejuelas marroquíes del terminado de faldas, sacos, shorts y en los refinados de los trajes de noche.
Apariencias más atléticas aparecen aquí y allá en el desfile. Los motivos relacionados con la fauna, preferidos por Roberto Cavalli, están siempre presentes pero de forma atenuada, a veces tono sobre tono o por el contrario con mucho colorido.
Zapatos al estrellato. Más sobrio, Salvatore Ferragamo recibió a sus invitados en la sede de la Bolsa de Milán, donde la acción de Ferragamo se recuperó el viernes tras el desmentido sobre los rumores de venta de la casa.
La famosa zapatería creada en Florencia en 1928, que calzó a Marylin Monroe, Greta Garbo y Audrey Hepburn, se volvió después un valor seguro del pret-à-porter italiano. Y sus creadores Paul Andrew y Guillaume Meilland no ocultan que se inspiran en los archivos de la casa, con 15.000 pares de zapatos, para concebir sus colecciones.
El desfile se observa entonces de pies a cabeza con unas sandalias de suelas compensadas inspiradas en sandalias japonesas, zapatos con tacones esculturales, algunos inspirados por el escultor Brancusi y zapatos en cuero trenzado.
Colores vivos, esmeralda, azul caribeño, violeta, naranja quemado y rojo exhuberante, componen una paleta neutra, kaki, pergamino y blanco roto.