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Cuando una mascota es un miembro más de la casa es probable que los integrantes de la familia quieran jugar y mimar a su gran amigo, pero ¿qué hacer si al llegar del trabajo encuentra que su perro destrozó el sofá, se comió sus medias o masticó sus zapatos?

Para Cesar Millán, ‘el encantador de perros’, es imperativo que la actitud del humano como ‘líder de la manada’ sea coherente con la conducta que quiere que su mascota siga. Por ejemplo, si usted es una persona frenética, nerviosa e irritable, su perro reflejará en su comportamiento la misma energía que sus amos proyectan.

Teniendo en cuenta lo anterior, para Angélica González, psicóloga canina, doctorante en etología y gerente de la empresa de adiestramiento Waggo, en Bogotá, es indispensable que exista un vínculo real y afectivo con el perro. De ahí en adelante el animal aprenderá porque estará atento y querrá que haya una interacción.

'Los perros pueden aprender sin importar que sean cachorros o adultos. Aunque a los tres meses están en la etapa ideal para aprender porque tienen el cerebro muy fresco y son más receptivos, el cerebro del can se madura completamente al año y en algunos casos a los dos años. Tenemos perros hasta de 10 años en entrenamiento', especificó.

¿Entrenar o educar?

González afirma que el primer paso es tener clara la diferencia entre entrenamiento y educación, para determinar cuáles son los objetivos que quiere lograr con su perro.

'Hay que diferenciar si lo que quiere la familia es que el animal aprenda trucos (sentarse, dar la pata, echarse) o que tenga buen comportamiento (vaya al baño correctamente, no se coma las cosas, no muerda a los visitantes, etcétera). Con paciencia se le pueden enseñar trucos a la mascota, pero hay problemas de comportamiento que en algunos casos son complejos, difíciles de corregir y requieren de ayuda experta', enfatizó.

El veterinario Julián Ardila explica que utilizar refuerzos positivos es un método muy efectivo para lograr moldear la conducta de su mascota, dado que obedecerá a los estímulos que los producen.

'Cuando se le enseña algo a un perro como sentarse, dar la pata, echarse o hacerse el muerto, es ideal ofrecerle una recompensa, felicitándolo siempre efusivamente si logra hacerlo. Si no quiere que esté en la cama o sobre el sofá puede decirle ‘abajo’, guiándolo al piso cuando se suba y felicitándolo en el suelo'. 

Motivación

 González afirma que cada perro tiene su propia motivación y para entrenarlo o educarlo hay que identificar cuál es ese refuerzo que puede darle a su mascota.

'Cada perro tiene su personalidad. Por ello, mientras algunos tienen como debilidad las salchichas, otros prefieren galletas, algunos la pelota, otros un trapo e inclusive salir a jugar con otros perros.

Identificando la motivación de su can, él actuará impulsado por el deseo de obtener esa recompensa', dijo.

Castigo

 Para Ardila algunos métodos de castigo como collares de ahogo, con púas o eléctricos son excesivamente crueles y son formas de adiestramiento a través del miedo.'Hay ocasiones en las que el perro debe ser reprendido, pero siempre debe hacerse con respeto, evitando llegar a toda costa al maltrato. 

Por su parte, González expresa que si el perro no quiere aprender es injustificable recurrir a castigos mientras no necesite que se le enseñen cosas como dar la pata. No obstante, agrega que 'si tenemos un perro de caza que se lanza sobre las personas tratando de morderlas, ahí se debe intervenir de inmediato porque hay una conducta que tiene que controlarse, ya que de ello depende la seguridad de los que rodean al perro'.

González agrega que ignorarlo si ladra mucho, omitir el saludo o alejarlo, son formas de reprensión efectivas que el animal interpretará cuando no tenga lo que más quiere, su atención. 'Podemos enseñarle que la volverá a tener una vez nos dé silencio, calma y nos salude sin sobresaltarse', concluyó.

Tips

Para entrenar a su perro 

Trate de estar relajado y paciente, háblele con cariño y siga repitiéndolo hasta que su perro aprenda.

1 Felicitar y usar recompensas cuando obedezca sin abusar de estas. 

2 La corrección es en el acto. No asocian el castigo con lo que pasó tiempo después. 

3 Evitar el ‘No’, pues se usa muy seguido. Es mejor decir 'quieto' o 'deja eso'. 

4 Emplear voces de control con autoridad como 'quieto' o 'aquí'. 

5 Cuando aprenda a sentarse, podrá fácilmente dar la pata o echarse.