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La Pascua marca el final de la Semana Santa. Según las creencias cristianas, el tiempo pascual es un período de cincuenta días que se inicia el Domingo de Resurrección y finaliza el domingo de Pentecostés.

A los 40 días de la Pascua se celebra la ascensión de Jesús al cielo, y 10 días después la bajada del Espíritu Santo sobre los apóstoles, según los evangelios canónicos o evangelios aprobados por la Iglesia.

La fecha de la Semana Santa e inicios de la pascua transcurre entre el 22 de marzo y el 25 de abril y está signada por un hecho bastante llamativo: la luna llena.

El primer plenilunio que ocurre a inicios de la primavera en el hemisferio Norte, marca el ritmo de la Semana Mayor, adhiriéndose al calendario lunar como lo hacían en aquel tiempo los judíos. Con ello, la Iglesia pretende solemnizar la muerte de Cristo en la misma fecha en la que la narran los evangelios.

La Pascua se vive en el mundo de manera diferente debido a la diversidad de tradiciones religiosas y culturales. En algunos países, especialmente anglosajones, la llegada de esta fecha se representa con un conejo o liebre, que le trae a los niños huevos de chocolate pintados de colores, llamados ‘huevos de Pascua’.

Los huevos de Pascua representan el inicio de la vida y los buenos deseos. Las familias juegan a esconderlos, mientras los niños los buscan y encuentran como parte de una costumbre muy arraigada en algunos lugares. La pâques en Francia, Páscoa en Portugal y Pasqua en Italia tiene como símbolo el conejo que coliga con la llegada de la primavera y se asocia a la fertilidad.

Pesaj, en hebreo, es la fiesta de Pascua para los judíos. De acuerdo a lo relatado en el libro bíblico del Éxodo, los hebreos celebran la salida de Israel del país egipcio, lo que marca su inicio como pueblo.

Durante este periodo y por siete días los judíos cenan en familia pan ácimo o pan sin levadura, vino y hierbas.