El Plan de Acción Integral sobre Salud Mental 2013-2020 de la OMS reconoce que la salud mental es un elemento esencial para el bienestar de todas las personas. Sin embargo, ciertos episodios —como el brote del coronavirus y el cumplimiento obligatorio de la cuarentena— alcanzan a desequilibrarla generando pánico, ansiedad, temor y depresión en algunas comunidades.
Así que, para ‘aliviar’ cualquier emoción negativa que arrastre a las personas a un rincón sin salida, hace más de 15 días el psicólogo y especialista en estudios pedagógicos Eduardo Escorcia creó una red internacional de voluntarios, conformada por psicólogos, psiquiatras, trabajadores sociales y coaches, que en sus tiempos libres se encuentran al servicio de la gente.
'Junto con dos o tres compañeros empezamos el proceso de reclutamiento de los profesionales. Todo surgió debido a que había una exacerbación de información sobre los cuidados preventivos para no contraer la enfermedad, y muy escasa la concerniente a la parte psicológica. Hoy día el grupo cuenta con 40 profesionales de Colombia, Estados Unidos, España, Japón y de Argentina, lo que nos facilita la atención a las personas durante las 24 horas del día'.
Señala que muchas son las llamadas que reciben de personas que presentan ansiedad, neurosis, psicosis, estrés, angustia, conflictos familiares e intentos de suicidios, entre otros. También explica que han dividido la atención de las personas de la siguiente manera: los psiquiatras y psicólogos clínicos atienden la parte de 'primeros auxilios' para el manejo de la crisis, y los coaches se encargan de tratar la respiración y la meditación, atendiendo el bienestar mental emocional.
En las otras líneas, especiales para la intervención familiar y la de primera infancia, asisten los expertos de diferentes áreas y de distintos países. Por último, cuentan con la línea especial formada por dos intérpretes de lenguaje de señas, dirigida a las personas con discapacidad auditiva, a través de la aplicación móvil Centro de Relevo.
'Queremos que se amplíe el número de llamadas y que la gente sepa que somos un grupo altruista, que se inició en la página de Facebook ‘A camellar se dijo’ (...) a la fecha hemos recibido llamadas de México, Cuba, Estados Unidos, Argentina y de acá de Colombia, entre otras'.
Las duraciones de las llamadas con cada paciente oscilan entre los 30 a 45 minutos, aunque se presentan casos que ameritan extenderlas hasta una hora. A su vez, resalta que cuentan con un cronograma que establece los horarios de atención especial para las personas.
'Esta iniciativa me permite experimentar la idea de que: 'cuando tú ayudas, te ayudas a ti mismo'. No hay nada más satisfactorio saber que estamos aportando nuestro granito de arena en medio de esta crisis, un ejercicio que —entre otras cosas— demuestra el gran valor que tiene el psicólogo, aunque en algunos medios se ha desestimado la relevancia de la profesión (...) si las personas sienten miedo, angustia, tristeza o ansiedad; sus defensas se bajarán y terminarán siendo más vulnerables a los virus'.
Explica que aún siguen reclutando profesionales que deseen sumarse a esta labor, sobre todo si viven en Asia y Europa, esto con el fin de atender en horas de la madrugada. Quienes lo deseen podrán comunicarse al número de celular 3004982255.
El psicólogo social Jean Paul Morales, miembro de la red, explica que cada llamada que recibe es única. Plantea que aunque en la literatura las crisis emocionales llegan a ser iguales, cada persona tiene una dimensión diferente, que logra manifestarla en la conversación que sostengan.
La dinámica de sus llamadas puede variar, según manifiesta. Sin embargo, una de esta puede ser: escuchar a la persona para determinar los elementos que le causan estrés o miedo. Luego, trabaja con ella en la identificación de los factores protectores con los que cuenta para mitigar o minimizar los efectos físico y psicológico de la COVID-19. Más tarde determinan la rutina que la persona tiene para disminuir el riesgo y, si tiene que salir de casa, le recuerda las medidas de bioseguridad.
'Una vez que se hable del tema desde el miedo y desde las consecuencias de estar cautivo en su propia casa, detallamos cómo la pandemia nos ha obligado a romper nuestros hábitos, cómo se debe decodificar y cómo se tiene que manejar sin afectar la salud mental. Se hacen ejercicios de respiración y se trabaja en los pensamientos negativos para fomentar los positivos. Después, se le pregunta cómo se siente, se le escucha y se le manifiesta que quedamos atentos cuando necesite volver hablar. Si el paciente es psiquiátrico, me corresponde activar otra ruta'.
Toda esta actividad que desarrolla en la red, según expresa el samario, ha sido esencial para experimentar plenitud y regocijo durante estos días.