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Juan David, de ocho años, permanece más callado que de costumbre. Su madre dice que está irritable, no quiere comer, no se quiere bañar y es más difícil que permanezca concentrado en sus tareas por un tiempo prolongado.

El comportamiento de Nathali, de nueve años, es similar. Pasa la mayoría de su tiempo durmiendo, viendo la calle desde la ventana del apartamento donde vive y su celular.

Mauricio, de 11 años, se levanta y va directo al Play Station o al computador. Cuando sus cuidadores se lo impiden llora, se molesta e incluso recoge su ropa porque dice que se quiere ir de la casa.

Para la fonoaudióloga y coach educativa, Nitza Guzmán, coordinadora de Orientación Psicoeducativa del Colegio Alemán, los niños, niñas y adolescentes pueden evidenciar signos de estrés, por lo que 'resulta vital que los padres y adultos que los acompañamos seamos conscientes de esto y validemos su sentir ante el aislamiento'.

'Los adultos debemos asesorarnos en las competencias emocionales necesarias para ser modelos y aminorar las situaciones que generan estrés. Fortalecer el buen trato en casa por medio del diálogo empático y cercano, favorece un clima emocional sano en casa. Con este diálogo será fácil identificar las actividades o acciones a implementar en familia. Lo anterior se traslada a las instituciones educativas cuyo lema central debe ser la flexibilidad y el trabajo en conjunto casa-colegio'.

La profesional agrega que los niños como seres sociales extrañan la interacción con sus pares, además la atención de los padres se divide entre el cumplir asignaciones laborales, los hijos y el hogar. Un padre, una madre que no tenga presente lo que puede ocasionar una palabra o gesto inadecuado en la salud emocional de su hijo o hija dejará una huella negativa.

'Hoy más que nunca el respeto por las diversas formas de aprender y de demostrar los conocimientos es la ruta adecuada a seguir por medio de la diferenciación que permite que cada estudiante logre su meta de aprendizaje, donde lo emocional debe estar mantenido y cuidado con esmero. El estrés también puede generarse por la ausencia de actividad física. Los hábitos se alteran, el sueño reparador y la ingesta de alimentos'.

Cómo se manifiesta

Guzmán dice que el estrés puede manifestarse de diversas formas. Ansiedad, tristeza, rebeldía, dolores de cabeza y malestar general, pérdida del sueño o cansancio constante son las más frecuentes. 'Escuchar a nuestros niños y validar su sentir ayuda a que la condición al conocerse sea manejada. El acompañamiento psicológico es crucial y va dirigido tanto a los niños como a sus padres', agrega.

Necesidades especiales

Los estudiantes con necesidades educativas especiales, si no reciben la guía adecuada pueden sufrir altos niveles de estrés. El Colegio Alemán, por ejemplo, implementa el enfoque de la diferenciación (todo aprendiz puede lograr la meta de aprendizaje si se tienen en cuenta varias estrategias, métodos y materiales en su proceso de aprendizaje, los niveles y los ritmos).