Mientras el mundo no escatima esfuerzos para frenar la COVID-19, en los hogares de Colombia se propaga la violencia intrafamiliar.
El feminicidio de una joven de 17 años en el barrio Siete de abril, en Barranquilla, a manos de su compañero sentimental, enciende las alarmas ante una situación que
no da señales de aplanar su curva.
Para la abogada especialista en Derecho de Familia, Marisabel Tcherassi, el caso de esta joven se puede considerar como 'una tragedia' y ofrece señales urgentes para tomar medidas que eviten que situaciones como esta se repitan.
'Es muestra clara de cómo se ha visto más afectada la unidad y armonía familiar entre sus miembros en éstos días. El feminicidio es la forma más extrema de violencia que puede existir contra las mujeres, por el hecho de serlo, y más triste aún cuando es ocasionada por su compañero sentimental', reflexiona.
Tcherassi añade que la familia 'está pasando por un momento difícil como institución'. Asegura que el aislamiento que cumple cerca de dos meses ha 'elevado los niveles de estrés, intolerancia y angustia, a los cuales se le suman factores como depresión, incertidumbre económica y falta de fe', que dan como resultado que en algunos hogares 'ciertos integrantes saquen lo peor de su comportamiento', detonando, por ejemplo, en situaciones en las que se reviven episodios de infancia no resueltos.
Helda Marino, jefa de la Oficina de la Mujer, advierte que el confinamiento al que está sometido el país ha conllevado a un incremento de casos de violencia intrafamiliar. Una problemática que, según la funcionaria, se repite en todo el mundo.
El Boletín del Observatorio Colombiano para las Mujeres encontró que entre el 25 de marzo y el 14 de mayo de 2020 se registraron en el país 5.020 llamadas reportando violencia intrafamiliar a la línea 155 de orientación a la mujer, es decir, 3.159 más que en el mismo periodo de 2019 cuando se cuantificaron 1.861. Esto representó un incremento del 170%.
La funcionaria de la Oficina de la Mujer señala que el encierro facilita 'el incremento del manejo y dominio del victimario sobre su víctima'.
Describe que dicho escenario provoca que las afectadas se aíslen y no encuentren manera de hablar sobre la situación porque todo el tiempo están con su agresor. De acuerdo con la funcionaria, entre el 21 de abril y el 6 de mayo la Fiscalía recibió más de 200 denuncias por casos de violencia intrafamiliar, un 50% más de lo que se presentaba antes de la cuarentena.
La psicóloga especialista en violencia intrafamiliar Ana Luz Arias recomienda a los miembros del hogar a ser conscientes de la situación por la que están atravesando y reconozcan que están siendo víctimas de esta condición.
'A veces quien se da cuenta es el vecino o el menor de lo que pasa porque los que están involucrados no son conscientes. Se acostumbran a ese estilo de vida', explica.
Pero hay momentos en los que se 'cruza una línea roja' y son los límites a los que no hay que llegar, sugiere la experta, por lo que hace un llamado a buscar ayuda para evitar que las situaciones desencadenen en tragedias como la de la joven del barrio Siete de abril.