Fuera del escenario y las redes Juanda Caribe le da paso a Juan David Múñoz, un joven de 26 años, analítico y de pocas palabras. Su padre, Edinson Muñoz Gómez, lo corrobora. Asegura que su hijo no mezcla el plano laboral con el personal y, por el contrario, puede llegar a ser un hombre introvertido, 'muy serio' en sus asuntos.
Básicamente para su progenitor, Juanda 'es un buen ser humano' que antes de dar un paso en la vida lo consulta con él y su madre. Es el hijo mayor, el principal apoyo de su único hermano que en la actualidad reside en Francia.
Muñoz, además de ser su padre, es su mánager. Su relación en las dos facetas es de respeto mutuo y, aunque en algunas situaciones se presentan inconvenientes entre los dos, al final del día saben cómo limar las asperezas.
Descubrió que su hijo tenía madera para el humor cuando en una reunión escolar la profesora se dirigió a él y le conversó sobre un espectáculo que había ofrecido Juanda en el colegio, contando algunos chistes.
'Juanda inicialmente quería ser cantante de reguetón, pero hubo algo que no me gustó y se le quitó la idea. Luego me dijo que quería enfocarse en el vallenato, pero en ese momento mi solvencia económica la recibía por manejar un taxi y no era suficiente para sacarlo adelante con lo de la música. Después, un día cualquiera, me dijo que le comprara el CD de los humoristas, se lo di y a partir de ese momento se lo memorizó y empezó a contar chistes'.
Muñoz afirma que en el camino siempre ha tratado de apoyar a su hijo, por ejemplo cuando Juanda hizo parte de la Liga de Ciclismo del Atlántico con solo 10 años.
Después, cuando vino en firme lo del humor, recuerda que Juanda también tenía destrezas para el diseño gráfico, así que un día cualquiera tuvo la oportunidad de ponerse en contacto con el humorista Joselo, a quien logró realizarle la pieza publicitaria de un show que tendría en Combarranquilla Boston.
'A Joselo le gustó tanto que lo invitó a su presentación. En esa oportunidad Juanda lo vio a él, a Lucho Torres y al Mello por primera vez. A partir de ese momento le comentó a Joselo que él contaba chistes, que si tenía alguna fiesta de casa lo invitara y le permitiera contar sus chistes'.
El humorista Lucho Torres rememora la primera vez en que Juanda se presentó en el mismo escenario que él. Dice que en aquel momento tenía 15 años y su padre Edinson había tomado la decisión de acercarse a él para comentarle que su hijo soñaba con ser humorista.
'Luego de que me conversara sobre su hijo, Edinson me dijo que tenían un evento y que me querían invitar, que ellos sabían que ya yo tenía mi nombre. Enseguida dije que sí, que no había ningún problema. Ese día Juanda llegó vestido de negro, parecía estudiante bogotano, y se presentó con un repertorio de Lucho Torres y de Torombolo, al final la discoteca se llenó y a partir de ahí empecé a analizarlo y a darme cuenta de que él tenía y sigue teniendo una personalidad que no la tiene nadie'.
Agrega que 'el plus' de Juanda siempre ha sido la seguridad y la confianza. Destaca su capacidad para determinar que su enfoque iba más allá de ser un 'cuenta chistes', arriesgándose a darle un giro a su carrera y enfocándose en la imitación.
Sin duda alguna, Juanda ha sabido labrar un camino exitoso, en el que —para Lucho Torres— siempre ha demostrado que 'está para grandes cosas'. Lo perfila como el Don Francisco de Colombia, con un talento que ha sido digno de su admiración.
'Lo admiro porque insiste, persiste y no desiste. Lo que él crea en la mente, lo ejecuta. Mientras uno dice: tengo esta idea, hablaré con alguien para hacerlo y en dos meses veremos, Juanda, en cambio, lo piensa hoy, en la tarde lo llama a uno, al día siguiente lo trabaja y a la semana es una realidad. Tiene un poder de decisión y ejecución impresionante (...) Él es el futuro del humor'.
Hoy día Juanda y Lucho son amigos, de hecho trabajarán juntos para el programa que se emitirá por Telecaribe, El Caribbean Show.