En una reciente entrevista con ‘Los Informantes’, Fredy Guarín, exfutbolista colombiano, compartió detalles sobre su lucha contra el alcoholismo, un problema que marcó profundamente su vida personal y profesional.
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A través de un honesto y emocional testimonio, Guarín, de 38 años, relató los momentos más oscuros de su adicción, el impacto que tuvo en su entorno y cómo ha logrado mantenerse en un camino de recuperación durante los últimos meses.
“Fueron días pesados, me la pasé borracho 10 días por completo. Me quedaba dormido del cansancio y me levantaba con una cerveza al lado”, confesó. Según relató, el alcohol se convirtió en un refugio para enfrentar vacíos emocionales que lo acompañaron desde su infancia.
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El exjugador, originario de Puerto Boyacá, habló sobre cómo, pese a una carrera futbolística en equipos de Argentina, Portugal, Italia y China, nunca logró llenar un vacío interno que lo llevó a refugiarse en el alcohol.
“Había un objetivo en mi mente que era jugar al fútbol, pero en el camino un monstruo se me atravesó”, mencionó, refiriéndose al impacto negativo del alcohol en su vida.
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Durante la pandemia de COVID-19, Guarín experimentó uno de los periodos más difíciles. Solo en Brasil y alejado de su familia, el exceso se convirtió en su rutina.
Según reveló, podía tomarse hasta 70 cervezas en una noche: “Me iba para favela, allá en Brasil, ya estaba con cualquier chica sin protección, me abandoné por completo, borracho, me iba a buscar peligro, buscar adrenalina, a ver armas, movimiento, yo no media riesgo de nada”.
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En su relato, recordó un crítico episodio en el que intentó saltar desde el balcón de un piso 17, pero una malla de protección lo salvó, en lo que describió como un milagro: “Vivía en el piso 17 y me desconecté de la vida, de todo, mi reacción fue mandarme. (...) Había una malla, salté y me devolvió, yo obviamente inconsciente de lo que estaba haciendo, yo no sé qué pasó”.
El proceso de recuperación de Guarín comenzó cuando buscó ayuda en Liliana Rodríguez, una exprofesora que ahora lidera una clínica de rehabilitación. Gracias a su acompañamiento, Guarín ha logrado mantenerse sobrio durante más de seis meses.
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Según explicó, Rodríguez no solo ha sido una guía profesional, sino también un apoyo emocional crucial para enfrentar una enfermedad que describe como “incurable”.
En diálogo con su psicóloga, Guarín reflexionó sobre las consecuencias irreparables de su adicción, desde el daño a sus relaciones personales hasta oportunidades laborales perdidas.
Si bien el exjugador reconoció que hay cosas que no se recuperan, como el tiempo; aseguró que actualmente ha aprendido a vivir con su enfermedad y a valorar el amor familiar: “Ahora puedo mirar a mis hijos a los ojos y que ellos se sientan tranquilos y en paz”, comentó.
Finalmente, Guarín también compartió su esperanza de que su testimonio pueda servir de ayuda para quienes enfrentan problemas similares.