Las empanadas son un platillo emblemático en muchas culturas, y su éxito depende en gran medida de la masa. Para lograr que una empanada quede perfectamente crocante, es crucial prestar atención a la preparación de la masa. Aquí te revelamos el truco que transformará tus empanadas en un bocado irresistible.
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El primer paso para conseguir una masa crocante es elegir los ingredientes adecuados. Es recomendable utilizar harina de trigo de buena calidad, que contiene el gluten necesario para dar estructura. La proporción ideal es de aproximadamente 500 gramos de harina por cada 100 gramos de grasa, que puede ser mantequilla, aceite o manteca. Esta grasa es clave, ya que contribuye a crear una textura hojaldrada y crujiente. Además, no olvide agregar una pizca de sal para potenciar el sabor.
Una vez que haya mezclado la harina, la grasa y la sal, agregue agua fría poco a poco hasta formar una masa homogénea. Uno de los secretos para lograr una mejor textura es dejar reposar la masa en el refrigerador durante al menos 30 minutos. Este reposo permite que el gluten se relaje, lo que facilita el estirado y ayuda a que la masa quede más crujiente al cocinarse.
Al momento de estirar la masa, asegúrese de hacerlo de manera uniforme y lo más fina posible. Esto es fundamental, ya que una masa delgada no solo se cocinará más rápido, sino que también se volverá más crocante. Finalmente, al hornear o freír las empanadas, asegúrese de que el aceite o el horno estén bien calientes. Esto sellará la masa de inmediato, evitando que se empape y logrando esa textura dorada y crujiente que todos deseamos.
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Siguiendo estos consejos, podrá disfrutar de empanadas exquisitas, perfectas para cualquier ocasión.