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En el mundo de la gastronomía, pocos platos logran ser tan versátiles y universales como las albóndigas. Su historia, que se remonta a la Edad Media, y su capacidad para adaptarse a las culturas de diferentes regiones, las han convertido en un clásico que trasciende fronteras.

Aunque suelen prepararse con carne de res, esta versión con pollo y un relleno cremoso de queso mozzarella ofrece una alternativa innovadora para renovar el menú en casa.

Preparar albóndigas no es solo una experiencia culinaria, sino también una forma de conectar con la tradición y darle un toque personal a una receta que ha evolucionado a lo largo de los siglos.

Ya sea que se sirvan con arroz, pastas o ensaladas, estas bolitas de carne tienen la ventaja de ser una opción sencilla, nutritiva y adaptable a cualquier ocasión.

Origen de las albódigas

Las albóndigas tienen su origen en la Edad Media, atribuyéndose su invención a Zirbay, un músico y gastrónomo del siglo VII que popularizó esta preparación condimentada con especias y cocida en salsas.

Aunque su base original era la carne de res, con el tiempo surgieron variantes con pollo, cerdo y ternera. Hoy, este plato es un elemento clave de la gastronomía mundial, con interpretaciones únicas en cada país.

En Turquía, por ejemplo, se pueden encontrar más de 80 tipos de albóndigas, mientras que en Bolivia suelen acompañarse con salsa de ají y arroz. En Colombia, son un complemento popular para frijoles, lentejas o sopas de verduras, y en Estados Unidos se han convertido en un clásico sobre una cama de espaguetis.

Ingredientes

Para las albóndigas:

  • 1 pechuga de pollo molida
  • 1/2 cebolla cabezona finamente picada
  • Comino al gusto
  • Albahaca seca al gusto
  • Paprika al gusto
  • Sal al gusto
  • Fécula de maíz
  • Queso mozzarella al gusto

Para la salsa:

  • Crema de leche
  • Cilantro al gusto
  • Queso al gusto
  • Agua

Paso a paso

1. Preparación de la mezcla

  • Comience procesando la pechuga de pollo hasta obtener una textura homogénea.
  • Colóquela en un recipiente grande y mezcle con la cebolla, el comino, la albahaca, la paprika y la sal.
  • Cuando todo esté bien integrado, añada la fécula de maíz para compactar la masa.
  • Por último, incorpore trozos pequeños de queso mozzarella, que serán el relleno de las albóndigas.

2. Formación y cocción

  • Forme bolitas con la mezcla preparada.
  • En una sartén con suficiente aceite caliente, fría las albóndigas hasta que estén doradas por fuera. Para potenciar su sabor, puede añadir un toque de vino durante la cocción.
  • Una vez listas, retírelas del fuego y resérvalas en un recipiente aparte.

3. Elaboración de la salsa

  • En una licuadora, combine la crema de leche, el cilantro, un poco de agua y queso al gusto. Procese hasta obtener una salsa de textura cremosa. Si está muy espesa, puede ajustar con más agua hasta lograr la consistencia deseada.

4. Unión del plato

  • Vierta la salsa en una sartén limpia y caliéntela a fuego bajo.
  • Añada las albóndigas y cocine por unos minutos, asegurándose de que queden bien cubiertas por la salsa.

5. Presentación

  • Sirva las albóndigas calientes acompañadas de ensalada de pepino fresco, arroz blanco o el acompañamiento de su preferencia.