La carne es un alimento que puede combinarse con una variedad de complementos como el arroz, la yuca, la papa, y hasta las arepas. Pero, cometer errores básicos durante su preparación puede arruinar su sabor y textura.
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Cocinar la carne fría
Poner la carne directamente del refrigerador al fuego provoca un choque térmico, la parte exterior se cocina demasiado rápido mientras el interior queda crudo y duro. Para evitarlo, se recomienda dejar la carne reposar entre 30 y 60 minutos a temperatura ambiente antes de cocinarla.
Usar una sartén fría
Colocar la carne en una sartén que no esté suficientemente caliente impide que ocurra la reacción de Maillard, fundamental para lograr una costra dorada y llena de sabor. Es importante calentar bien la sartén hasta que empiece a humear ligeramente antes de añadir la carne.
Pinchar la carne al manipularla
Utilizar tenedores u objetos punzantes para mover la carne permite que los jugos internos se escapen, dejando la pieza seca. Lo ideal es emplear pinzas o espátulas que no perforen la carne.
Darle demasiadas vueltas
Voltear constantemente la carne impide que se forme una costra uniforme y puede hacer que se pegue a la superficie de cocción. Lo correcto es esperar hasta que un lado esté bien sellado antes de darle la vuelta una sola vez.
Cocinarla en exceso o usar fuego demasiado alto
Un fuego muy fuerte quema el exterior mientras deja el interior crudo, y el exceso de tiempo en la cocción reseca la carne. Para obtener un resultado jugoso, se recomienda cocinar a fuego medio y controlar la temperatura interna, buscando entre 55 y 60 °C en el caso de filetes.