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Durante el confinamiento por el covid-19 la familia Puccini Vengoechea se reinventó. En medio de esta coyuntura decidieron realizar más planes en familia, cocinar, hacer asados, hamburguesas. Esto los llevó a aventurarse y compartir inicialmente sus platillos favoritos con sus amistades más cercanas.

'Nosotros nos dimos cuenta que nos gustaba comer más nuestras hamburguesas en casa que pedir a domicilio y ahí nació la idea de crear un restaurante, eso sí, midiendo todos los riesgos, porque en ese momento habían muchos negocios cerrando por la pandemia, pero finalmente confiamos en lo que hacíamos y decidimos compartirlo con la gente barranquillera', cuenta Julián Puccini Vengoechea, el hijo menor que se encuentra a cargo del negocio familiar.

Con la decisión tomada, el 21 de julio de 2020 lanzó su emprendimiento en la modalidad de ‘cocina oculta’. Inicialmente ofrecían solo hamburguesas clásicas, alitas de pollo asadas y choripan, platos que fueron acogidos de gran manera por sus amigos más cercanos, que a su vez los recomendaron en la clásica estrategia del ‘voz a voz’. Ante el éxito inicial la familia asumió el riesgo de establecer un punto físico a mediados de octubre, cuando apenas se iniciaba la reapertura comercial y todo seguía siendo incierto.

'No fue fácil el proceso. Tuvimos que esperar como era todo el mecanismo de bioseguridad para poderlos seguir al pie de la letra y llegar a más personas de una manera segura. A pesar de que en Barranquilla hay mucha competencia de hamburguesas, nos ha ido bien y la verdad la comida ha hablado por sí sola, así que ha sido un riesgo que ha valido la pena'.

Julián cuenta que 'el éxito' de este emprendimiento, que ya no solo cuenta con una hamburguesa clásica sino con siete sabores diferentes y nuevos platos que ampliaron la carta del lugar, en gran parte se debe a que la receta de las hamburguesas viene de su papá, Álvaro Puccini, quien aprendió de su padre como ahora lo hace Julián y sus hermanos.

‘Básico’ como fue nombrado el restaurante, lleva su nombre porque a través de él quieren que se refleje el sabor de una comida fácil, ligera y que pueda disfrutar cualquier miembro de la familia. Además, no solo los integrantes humanos de este núcleo familiar hacen parte de este proyecto, pues la imagen oficial es ‘Vito’, un canino pug que hace cinco años acompaña a los Puccini Vengoechea, y que también es un símbolo de un mensaje de inclusión para las mascotas.

'Vito es el rey de la casa y del restaurante porque como se lo digo a todos, para que vayan conociendo, este es un lugar pet friendly, para que puedan venir a compartir con sus mascotas o sus amiguitos, que se vuelven un integrante más de la familia y que muchas veces no podemos sacar porque no les permiten la entrada en ciertos establecimientos'.

A sus 25 años, Julián Puccini Vengoechea está a punto de culminar sus estudios de Administración de Empresa, los cuales se vieron afectados por la pandemia, pues se encontraba llevándolos a cabo en Barcelona (España) y actualmente lo hace de manera virtual desde su ciudad natal, Barranquilla. Dice que hay días 'extenuantes' por la diferencia de horario y porque ahora tienen la responsabilidad de ser la cabeza del emprendimiento familiar.

'Uno tiene que aprovechar todas las oportunidades y hacer un esfuerzo por conseguir todas sus metas. A veces puede ser duro y se puede sentir que no se va a cumplir pero es ahí cuando hay que ponerle más empeño y conseguir ese sueño. Hoy, para mí, aunque no ha sido fácil, esto es un sueño cumplido y estoy feliz', afirma.