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Como el primer regalo del cielo de su papá. Así considera el acordeonero Rubén Darío Lanao, ser la nueva fórmula del cantante vallenato, Silvestre Dangond. Con 19 años, hace un mes comenzó a cumplir su sueño al lado del artista que lo vio crecer y al que ha considerado como su tío.

El joven barranquillero, que desde niño escuchó las melodías del acordeón por parte de su papá, Rubén Lanao, quien falleció hace dos meses a causa del covid- 19, conquistó a Silvestre Dangond con su talento empírico.

‘Rubencho’, como le dicen de cariño, fue una 'predicción' de Silvestre, que en 2005 en una de sus canciones, sin conocerlo, lo mencionó diciendo: 'Rubén Darío Lanao, y va a tocar bien el muchacho'.

Hoy, 16 años después, es una unión oficial que tiene contentos a los silvestristas, que lo vieron tocar por primera vez junto al artista en el 2011.

Rubén, además es estudiante de Administración de Empresas de la Universidad del Norte. Está en tercer semestre y afirma, que otro de sus sueños es graduarse.

'Yo no pienso dejar de estudiar, este semestre lo voy hacer virtual porque cuando uno quiere puede. Yo quiero graduarme porque no es un compromiso solo conmigo, sino con mi mamá y mi papá. Esto es un cuarto de hora que puede ser por un momento o para toda la vida, uno nunca sabe. Uno siempre debe estar preparado, porque soldado avisado no muere en guerra'.

Desde su casa, en entrevista con Gente Caribe, Rubén Darío se describió como un joven feliz que está luchando por sus sueños y que ama la música

'Yo soy el más recochero, soy casero y soy feliz escuchando música. No necesito de un trago para subirme a la tarima. Yo soy feliz independientemente de las circunstancias que hayan pasado en mi vida, suena feo, horrible, pero la vida sigue. No es que no me importe lo que pasó con mi papá, pero tengo que salir adelante, por él, por mí, por mi mamá y mis hermanos'.