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María Fernanda Manzano desde niña se ha caracterizado por su amor y pasión por los animales. Cuenta que en su niñez era complacida por su abuela a la hora de tener varias mascotas. Entre las que pudo disfrutar están: un conejito, pollitos, una tortuga, loros y unos perritos que quedaron en su infancia.

Pero hace siete años llegó a su vida Hanna, una yorki que fue obsequiada por su esposo para la fecha de Amor y Amistad, y que nuevamente despertó en ella la pasión por los animales.

Para Mafe, como cariñosamente la llaman, desde que Hanna llegó a su vida sabía que se convertiría en la alegría de sus días, por eso le dio su nombre que en árabe significa 'felicidad y paz de espíritu'.

Después de que Hanna llegara al hogar de la barranquillera, una nueva integrante se sumó a la familia: Bella, una gatica que fue encontrada por la hermana de Mafe en el cuarto de basuras del conjunto donde reside.

'Estaba muy bebé, no podía comer sola, nos tocó darle tetero y cuidarla mucho. Antes había tratado de tener y rescatar gatos, pero a mi mamá y a mi esposo no le gustaban. Fue una lucha, pero llegó ella e inspiró tanta ternura que enamoró a todos y se quedó'.

Luego de Bella llegó Bacco, un gato que fue rescatado de la calle por Mafe y que inicialmente no era para ella, sino para darlo en adopción, pues María Fernanda, además de tener sus propias mascotas, es dueña de una veterinaria y por medio de ella rescata animalitos callejeros para rehabilitarlos y luego buscarles un hogar.

'Bacco llegó tan feito que a las personas no les gustaba, les parecía un gatico feo y al ver que nadie lo quería decidimos con mi esposo que sería para nosotros. Hoy día es de los gatos más lindos. Es consentido y es el mejor amigo de mi hermana'.

Con una pareja de gatos y una perrita, Mafe ya tenía en su hogar a tres mascotas, pero esto cambió cuando a su hogar llegó otro integrante canino, Guardián, un perrito callejero.

'Es muy chistoso, nosotros decimos que él se autoadoptó (risas). Guardián un día pasó por la veterinaria y le ofrecimos comida y siguió regresando. Le causaba curiosidad saber qué había dentro y un día entró y ya nunca más se quiso ir. No lo dimos en adopción porque ya era mayor y es muy difícil conseguir adoptantes en esa situación'.

Con cuatro mascotas en casa y sin pensar en tener otra, llegó el último integrante de la familia, otro gatico.

'Keops no estaba en nuestros planes tampoco (risas), dijimos que teníamos que parar porque ya contábamos con cuatro animalitos, pero a mí siempre me han gustado mucho los gaticos que parecen tigrillitos y mi esposo que no es tan gatuno un día lo vio en la calle, me mandó una foto y me dijo te va a gustar. Enseguida le dije tráemelo por favor y me dijo te lo voy a llevar. Nunca pensé que fuera cierto, pero me lo trajo y aquí está con nosotros'.

A pesar de que son perros y gatos, la convivencia entre las mascotas —cuenta su dueña— 'no es mala', cada uno tiene su espacio y lo respetan.

María Fernanda, que es profesional en Relaciones Internaciones, inició su vida laboral en el sector petrolero, pero se dio cuenta que no era lo que a ella le hacía sentirse realizada, por eso hace cuatro años decidió abrir su veterinaria, donde las mascotas pueden acceder a varios servicios para su bienestar. Lo anterior lo considera su mejor decisión y dentro de sus planes está expandirlo en un futuro.

Para la barranquillera sus macotas son parte fundamental de su vida, son el reflejo del amor y la fidelidad.

'Para mí mis mascotas son amor puro, amor especial. Sin duda alguna son felicidad y lealtad. Cada uno con sus diferentes personalidades los hace más especial'.