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Sarina y Silvestre son la compañía fiel de Mauricio Casasbuenas y su familia. La gata persa llegó a sus vidas hace 10 años, después de haberla adquirido en un criadero en la ciudad de Bucaramanga con la idea de tener un 'criadero de gaticos'.

'Cruzamos a Sarina con un gato de su raza blanco lindísimo pero nos encariñamos muchísimo con los hijos y realmente no pudimos llevar a cabo la idea inicial. Dimos todos los gaticos en adopción a personas que sabíamos que los iban a querer mucho y ahora están en excelentes hogares', recuerda Mauricio.

La gata que inicialmente llegó con un propósito, le cambió la vida a Mauricio, a su esposa, Fabiola Osorio, y a sus dos hijos. Sarina se convirtió en 'su hijita menor' con la que han compartido la mitad del tiempo de su matrimonio y de quien cuenta, 'a veces puede ser muy indiferente pero en el fondo es una peluda llena de amor'.

'Sarina es una muñeca consentida, es independiente y una estupenda compañía'.

Casasbuenas, quien se considera un 'enamorado' de los animales, es médico veterinario. Recuerda, que desde niño soñaba con tener una fundación para ayudar aquellos que estaban desprotegidos y por eso su 'sentido de protección' lo llevó a escoger su carrera profesional, al igual que su encantó por la Medicina.