Ausencia de melanina en su cuerpo, pero presencia de optimismo, ganas y perseverancia. El albinismo oculocutáneo que padece María Laura Ávila, de 24 años, no ha significado limitación ni obstrucción en la realización de sus metas y proyectos.
A lo largo de su vida, la joven barranquillera ha tenido que encontrar soluciones para enfrentar su condición. El trastorno le ha producido baja visión y nistagmo (movimiento involuntario de los ojos), aparte de piel pálida, cabello blanco y ojos claros. Como ella lo explica su cuerpo no produce la enzima que genera la melanina, razón por la cual tiene el riesgo de sufrir quemaduras ocasionadas por el sol.
'Tengo dos monturas formuladas para mi vista. Una es para ver de lejos y otra de cerca, no es que yo me ponga las gafas y ya logre ver, porque mi baja visión no me lo permite, pero me ayuda un poco más a tener claridad a la hora de identificar los objetos y a la protección de las pantallas'.
Mary Lau, como es reconocida artísticamente, estudia música en la Universidad del Norte y es la voz principal de Puerto Luna, una banda que fusiona sonoridades con distintos géneros que transitan entre la cumbia, la balada, el jazz y el pop, por mencionar solo algunos.
Su pasión musical viene desde pequeña y el apoyo de sus padres ha sido fundamental para su desarrollo profesional. Confiesa que su papá al principio no estaba de acuerdo con la carrera, pero ahora es el hombre 'más orgulloso' cuando la ve montada en una tarima.
Cantar siempre ha sido su deseo. Beyoncé, Mariah Carey y Whitney Houston fueron algunas de las mujeres que le sirvieron de fuente de inspiración. A esta barranquillera la ‘avispa’ de la música la empezó a picar cuando estaba en el colegio.
Cuenta que disfrutaba al máximo coger un micrófono e interpretar canciones en inglés, mientras que atravesaba la etapa más compleja para ella, la primaria y el bachillerato.
'La primaria me dio bastante duro porque no había la tecnología con la que cuento hoy en día, me tocaba poner el pupitre pegado al tablero para poder copiar. Otra alternativa que encontramos fue levantarme, caminar, retener una frase, copiar, y así de forma repetitiva. Me demoraba muchísimo, pero esas eran las soluciones. Luego pasé a tener una grabadora de reportero o mi mejor amiga me dictaba, ya que no podía ver bien'.