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María Del Socorro Ardila de Maury es una barranquillera que ha dedicado su vida a trabajar en el sector de la educación y es, además, una de las siete personas que fundó la Universidad de la Costa y la Corporación Universitaria Latinoamericana (CUL). 

A sus 86 años mantiene una mente lúcida que conserva fechas y momentos exactos como si acabaran de suceder. Su conversación siempre la lleva a la Universidad de la Costa y no es para menos. Ella trabajó para fortalecer a una de las universidades que actualmente está entre las 15 mejores universidades de Colombia, según el ránking del Times Higher Education.

María cuenta que su creación surgió por las pocas oportunidades que tenían las personas del Caribe para ingresar a la educación superior. La oferta académica estaba muy reducida y las posibilidades de salir a estudiar también eran casi que nulas para algunos. 

Para ese entonces en Barranquilla solo estaba la posibilidad de ingresar a la Universidad del Atlántico y los fundadores, como egresados de dicha institución, sabían lo difícil que era ingresar a la institución. Por eso había dos opciones: lograr conseguir el cupo o irse a estudiar al interior del país.

En un principio crearon la Corporación Instituto de Artes y Ciencias – CIAC, hoy Corporación Universitaria Latinoamericana (CUL). 'Empezamos a pensar en carreras intermedias para darle la oportunidad a la gente de entrar mucho más fácil al mercado laboral'. Entre ellas destaca las áreas de Administración, Arquitectura y Técnicos en Laboratorios. 

De esa institución, años después, en 1970, surgiría lo que hoy se conoce como la Universidad de la Costa. La cual comenzó como una corporación que ofrecía programas académicos de arquitectura, administración, derecho e ingeniería civil.

Sin embargo, su trayectoria profesional no comenzó ahí. Al terminar su bachillerato obtuvo el título de pedagoga y ejerció como maestra de colegios públicos y privados. María asegura que de esa experiencia quedó guardada 'una orientación hacia la enseñanza' y se sigue reconociendo como maestra. 

'Yo soy producto de la educación pública', asegura con orgullo y, aunque trabajó en el sector público varios años, la mayor parte de su trayectoria profesional está ligada al sector de la educación, pues laboró durante 20 años en el SENA, institución de la cual está pensionada.  

María asegura que en su paso por esa institución 'aprendió todo lo necesario' para ejercer como profesional, porque destaca que fue en ese lugar donde desarrolló toda su carrera. Por eso asegura 'admirarse' cuando le mencionan que existe una brecha laboral entre hombres y mujeres, pues enfatiza que en ninguno de los lugares en los que trabajó la discriminaron por ser mujer.

'No sé si de pronto las oportunidades para cuando había menos mujeres profesionales eran mejores, pues ahora hay más oferta que demanda, pero no soy feminisita, yo pienso que uno tiene que estar en su papel de lo que es y competir como cualquier persona'. 

Para ella, lo más importante es que la persona esté 'realmente capacitada profesionalmente' sin importar su género. Por eso resalta que es importante ofrecer una educación integral para que los estudiantes sean realmente capaces de enfrentarse a los retos laborales y personales. 

Y aunque resalta el avance que ha tenido la educación en el Caribe, admite que hace falta reforzar en las áreas de lectura y escritura pues 'probablemente la tecnología los va a alejando de ellas'.

'No se puede apartar ningún área porque todas contribuyen a la formación del estudiante. Por eso existen las materias elegibles que sirven para contribuir a su formación profesional y personal'.

Para ella, lo más difícil de sostener una universidad ha sido la parte económica de ambas partes, tanto de la institución como de los estudiantes. 'Nos toca ceder, buscar alternativas para evitar la deserción y que los muchachos no se vayan. Hemos ayudado y de igual forma hemos recibido ayudas'. 

Según María, todo el esfuerzo diario vale la pena cada vez que los egresados se expresan con gratitud sobre la universidad, ganan reconocimientos o matriculan a sus hijos para que también estudien en la misma institución que ellos. 'Esos son momentos de alegría para nosotros los fundadores'.

Actualmente se encuentra pensionada y, desde su casa, está pendiente de las dos instituciones que vio nacer y fortalecer en la ciudad y la región. Asegura que 'el cuerpo directivo está en manos de la tercera generación'. Son los hijos de los fundadores quienes están ocupando los cargos directivos dentro de la universidad y con eso 'conservan el amor por la institución'. Por eso 'siente certeza y seguridad' de que la universidad marchará bien porque seguirá en manos de sus hijos.

Su carrera

Es pedagoga del Colegio Barranquilla para Señoritas, economista y contadora pública de la Universidad del Atlántico. Fundadora de la Corporación Universitaria Latinoamericana – CUL y Universidad de la Costa –CUC. Fue diputada del Atlántico e integrante del Grupo de Fundadoras de Unión de Ciudadanas de Colombia. Trabajó en el sector público y regresó al privado a trabajar en el SENA por más de 20 años.