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Su impotencia de ver fallecer a amigos y a pacientes por la Covid-19 lo llevó a evaluar y a estudiar el material que se ha venido trabajando del virus y sobre el anterior SARS (Síndrome respiratorio agudo grave). Su inquietud lo llevó a crear un tratamiento contra el virus que ha sido efectivo en más de 300 personas.

'Me surgió el temor y la necesidad de construir algo porque solo estaba cruzado de brazos en aquel momento, esperando que por obra y gracia los pacientes mejoraran y se salvaran'.

Para Riveros, como médico clínico, especializado dos veces en Medicina Interna en Colombia y el exterior, la prioridad, más que encontrar una cura o una vacuna, era encontrar la forma de poder neutralizar el coronavirus en la primera etapa de la enfermedad, con el fin de evitar que los pacientes tuvieran que ingresar a una Unidad de Cuidados Intensivos.

'Llegué a la conclusión de que primero lo que yo estaba buscando era algo que se pudiera utilizar en atención primaria, es decir, en la fase inicial de la enfermedad. Para mí era básico eso porque soy un clínico; y mi afán era encontrar algo que en la forma práctica pudiera usar para salvar a personas antes de llegar a una fase más tardía. Esto es lo que desde el inicio se ha estado estudiando'.

El médico califica como un acierto haberse enfocado en la fase primaria del virus porque fue eso lo que lo llevó a determinar la fusión correcta entre los dos medicamentos que hasta al momento han demostrado ser eficaces contra el virus.

 'Yo me aparté un poco de la situación común, del qué debemos hacer en una UCI cuando ya el paciente está muy complicado. Y dije: necesitamos más investigaciones en la parte más primaria, anticiparme al momento de la complicación y ahí fue donde me enfoqué y gracias a Dios logré llegar a una conclusión de que podría funcionar algo que inhibe en la replicación viral y que a su vez disminuye la inflamación de vías respiratorias y me encontré con la sorpresa de que no solamente podía ser eficaz contra el coronavirus, sino también contra otros virus'.

El tratamiento, que tiene como modo de empleo inhalaciones o nebulizaciones, inicialmente fue utilizado por el médico bajo una situación de riesgo laboral en la cual pensó que se había contagiado, aunque no presentó síntomas, y seguidamente fue usado por un colega cercano que sí presentó una neumonía leve, que mejoró a partir de la tercera dosis. Lo que llevó a que el medicamento se propagara entre familiares y amigos cercanos.

El estudio que lleva entre cuatro y seis meses en curso, se encuentra radicado en el Invima, pasó la primera fase de seguridad y actualmente está en la segunda.

'Lo que quise hacer desde el principio fue tratar de no confundir esto con una noticia de redes, sino cumplir con cada paso de los requerimientos de rigor científicos, por eso lo presenté ante el Invima como un trabajo de investigación serio, pues siempre estará en la comunidad científica la duda de si sirve o no'.