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Si hay algo que distingue a Efraín Quintero Molina es el amor por la cultura y el arte que profesa y practica.

Durante toda su vida el arquitecto, como 'buen vallenato', ha formado parte de la organización del Festival de la Leyenda Vallenata, pues antes de convertirse en su vicepresidente ayudaba con 'fervor y cariño' a los directores de turismo del departamento del Cesar a promocionar el evento en Bogotá, mientras él cursaba sus estudios profesionales.

Haber dedicado su vida a la pintura, la educación, la composición y la arquitectura enorgullece al también decano de Bellas Artes de la Universidad Popular del Cesar, pues desde esa alma mater ha trabajado para preservar la cultura y la tradición de la región que lo vio crecer.

'Yo soy prácticamente el hacedor del programa de Música de la Universidad Popular y desde ahí tenemos como objetivo preservar nuestras raíces. Entre los instrumentos principales que tienen por aprender los jóvenes está el acordeón diatónico, dictamos vallenatología y hay un semestre que incluye juglares al salón, una cátedra que le permite a los estudiantes conocer sobre la historia para seguir dejando este legado. Desde esta facultad queremos que los jóvenes piensen más allá del dinero que deja el vallenato comercial y aprendan a construir vallenato tradicional porque esa es la única fuente para poder mantener nuestra música a lo largo del tiempo'.

Desde cualquier perspectiva que se plantee y a pesar de los cambios que pueda haber a través del tiempo Efraín está enfocado en salvaguardar la tradición musical que durante años ha enamorado a los habitantes de la tierra de ‘La sirena’ y ha inmortalizado distintas historias al son de las notas del acordeón.

'Hay dos cosas que son importantes que la gente sepa y es que una cosa es la música tradicional vallenata y otra es la comercial, que por lo general es la que escuchamos en las emisoras. En la fundación tenemos como misión conservar, preservar y difundir la música tradicional. Hoy en día lastimosamente estamos trabajando para buscar canales que nos permitan seguir difundiendo las raíces del vallenato porque la parte tradicional hay que seguirla trabajando. Lo comercial tendrá un impacto ahora porque lo mueven a través de las redes sociales, pero en menos de un mes desaparecen porque eso no tiene nada'.

Hoy, en medio de la edición 54 del Festival Vallenato que rinde homenaje al compositor Rosendo ‘Chendo’ Romero, Efraín dice estar feliz de volver a la presencialidad, después de haber estado ausentes físicamente por dos años y seis meses a causa de la pandemia.

'Esto ha sido muy interesante. Si hay una cosa bonita de los festivales presenciales es el rose, el calor de volver a la Plaza Alfonso López y ver en los concursos a la gente dando su opinión y su punto de vista. La humanización de estos espacios es muy importante y gracias a Dios se nos ha dado la oportunidad de volver, aunque no sea en toda nuestra capacidad. Esperamos que en la edición 55 en honor a Jorge Oñate podamos estar al 100%'.

Los compositores favoritos de este amante del vallenato son Gustavo Gutiérrez y Rafael Escalona. Resalta que 'la escuela patillalera, romántica y bonita' es la que siempre exaltará, aunque aclara que todo aquél que trabaje por la tradición de la música vallenata será de su gusto.