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La abogada barranquillera Yadira Alarcón sabe con exactitud que sus 30 años de experiencia, transcurridos en la academia y en el ámbito jurídico, han sido esenciales en su formación como 'mujer sólida, profesionalmente hablando'.

Eligió el Derecho debido a que durante su adolescencia se visionaba ayudando a las personas en la resolución de sus problemas y en el cumplimiento de sus derechos.

Esta decisión nunca estuvo permeada por algún tema generacional. Ella explica que es la primera de su familia en dedicar su vida como jurista.

'Cuando escogí la carrera a mí me decían que los abogados debían tener una tradición porque de lo contrario no los llegaría a conocer nadie. Frente a esto pensaba en que en mi familia no había ninguno, pero estaba dispuesta a ser la primera'.

Su convicción la llevó a trabajar fuertemente y a conseguir un perfil profesional 'robusto'. Es así como al culminar su carrera se especializó en Derecho de Familia e hizo un máster en Necesidades y Derechos de la Infancia y la Adolescencia, además de un doctorado en Derecho. A su vez realizó estancias de investigaciones posdoctorales en el Tribunal de Justicia de la Unión Europea y en la Universidad Santiago de Compostela, en España.

Fue becaria para los estudios de Doctorado en la Universidad Autónoma de Madrid, lo cual le permitió recibir el título de Doctora en Derecho con tesis 'Sobresaliente Cum laude' por unanimidad. Este logro la convirtió en la primera doctora de la planta de profesores del programa de Derecho, de la Universidad del Norte.

'En esta alma mater trabajé por más de 15 años y dirigí el grupo de investigación en Derecho y Ciencia Política del que también fui co-fundadora. Creé la Especialización en Derecho Civil y de Familia, y lideré el equipo que diseñó la primera maestría en Derecho'.

Esta académica, referente del Derecho de Familia y sus avances constitucionales en Colombia, fue —además— consultora del Instituto Nacional para Sordos y consultora en políticas públicas de la niñez, la adolescencia, la juventud, las víctimas del conflicto armado y la reparación integral en distintas instituciones. También llegó a ser investigadora senior de MinCiencias, conferencista, par evaluadora y profesora invitada de instituciones latinoamericanas y europeas.

Hoy día es abogada litigante, profesora asociada al departamento de Derecho Privado de la Pontificia Universidad Javeriana de Bogotá. Es la líder del grupo de investigación en Derecho Privado, directora ejecutiva de la Fundación Centro para el Desarrollo Económico y Social de Colombia y candidata en lista elegible a magistrada de la Sala Civil de la Corte Suprema de Justicia.

El cúmulo de lo anterior la hizo merecedora, el pasado 19 de noviembre, del nombramiento en calidad de 'miembra correspondiente' en la Academia Colombiana de Jurisprudencia, capítulo Bogotá.

'Ingresar a la asociación más importante de los juristas en el país siempre fue mi sueño porque he estado casada con la excelencia académica y profesional. El proceso de ingreso es muy selectivo, de modo que se debe tener un perfil de máximo nivel para ser admitido (...) Los miembros de la academia son los encargados de presentarlo a uno entre los colegas y son ellos los que hacen la elección'.

Este nombramiento —dice— ha 'sido especial'. Lo califica como un 'gran reconocimiento' y un 'gran compromiso social', ya que considera que la Academia es 'una voz autorizada desde el punto de vista del Derecho'.

'Lo que deseo es contribuir con mi voz jurídica en las soluciones de los problemas del país para beneficiar a las poblaciones más vulnerables. Así que yo me dedico al derecho de la familia, de la infancia y la adolescencia, de las personas en situación de discapacidad, de los afrodescendientes, de los indígenas y de la población LGTBI. Es así como todas estas comunidades tienen en mí una voz de apoyo y de trabajo riguroso'.

Si hay algo que le llama la atención a Yadira es cómo a nivel general en la sociedad las parejas han tenido que enfrentar una crisis afianzada por la cuarentena, generada por el nuevo coronavirus. Por tal razón su enfoque en 2020 fue asesorar a las personas para que supieran responder ante un caso de violencia intrafamiliar y le apostó a promover la protección de los niños, con el fin de que no se vulneraran sus derechos en el hogar.

'El hogar debe ser el espacio donde más seguro deben estar el niño, la mujer, el adulto mayor; así que no puede convertirse en el lugar donde convivan con sus agresores (...) Mi trabajo estuvo enfocado en preparar a las personas para afrontar la crisis y para que conocieran las rutas que debían activar en caso de violencia de género, violencia infantil o violencia sexual'.

Se muestra radical cuando se refiere al flagelo de la violencia contra la mujer y las niñas. Indica que es una problemática con la que no se ha logrado 'grandes avances', pues —señala— infortunadamente 'tenemos una sociedad enferma, donde están quienes no respetan los derechos de los demás y donde, además, no se cuenta con un sistema lo suficientemente preventivo para activar una ruta que disminuya los índices de violencia de género'.

Yadira manifiesta que debe haber una educación orientada a que las mujeres puedan protegerse desde su propia autoestima, con el fin de que no permitan el abuso contra ellas. También, da a conocer, para que encuentren en las autoridades el respaldo institucional que requieran. Aconseja informarse y apoyarse en la psicología, en el trabajo social, y en denunciar los delitos sin tener que esperar una segunda oportunidad porque 'puede que la vida no esté para entonces'.