Julio César Oñate Díaz es barranquillero, pero con corazón vallenato, pues sus raíces están centradas en Valledupar (Cesar), de donde es su padre y donde él logró crecer.
'Me crié en Valledupar y llevo el vallenato arraigado en mi corazón. Si algún día uno pudiera escoger o decidirse por dos lugares, yo definitivamente sería 50% barranquillero y 50% vallenato'.
A pesar de estar conectado siempre con la capital del Vallenato, Julio Oñate realizó sus estudios en Barranquilla, ciudad que le ha permitido crecer profesionalmente en el sector de restaurantes, siendo dueño de negocios como Varadero y socio del icónico y ahora extinto Canta Gallo, que se vio afectado por la crisis de la pandemia.
'Definitivamente no estábamos preparados para esto. La Covid-19 nos pegó de frente, recibimos una ola de frente. Fueron cinco meses cerrados, haciendo domicilios básicamente, manteniendo la llamita encendida y luchando para que no se extinguiera. Gracias a Dios ya estamos saliendo con un panorama más positivo'.
El empresario, que lleva 21 años de experiencia en el sector restaurantes, no solo es entusiasta por sus negocios, sino que además le apasiona mucho un tema que ha estudiado durante varios años para conocer y aprender más de él y que justamente sacó a relucir en medio del confinamiento por el nuevo coronavirus.
'Yo soy un whisky lover, un amante del whisky y hace más de 10 años descubrí que el whisky no era solo lo que yo conocía. Empecé a investigar y descubrí un océano de posibilidades en el mundo del whisky. Me gusta probar mucho, leo mucho y estoy siempre tratando de aprender'.
Impulsado por su esposa Diana Posada, Julio inició a transmitir por medio de una red social sus conocimientos sobre la bebida que muchos han creído conocer, pero que en realidad se desconoce a fondo.
'En medio de la pandemia, en un momento muy difícil, estaba aquí en mi bar con mi esposa y ella me dijo: Julio voy a ponerte en vivo por Instagram. Y le pregunté ¿qué voy hablar?, y me dijo de lo que te gusta, de whisky, y bueno empecé a hablar y sorpresa, se fueron conectando 10, 20, 30 y 70 personas que se quedaron observando. Enseguida pensé en que ahí podía haber algo bueno. Lo planeamos, lo estructuramos y creamos los vuelos del whisky'.
El administrador de empresas convirtió su espacio de vuelos del whisky en una 'wiskypedia', que en medio del encierro fue el centro de entretención de muchas familias.
'Empezamos a hacer un en vivo todos los sábados en la noche y eso se convirtió en el plan de la familia en la pandemia. La gente se arreglaba para ver el en vivo y se convirtió en un plan tan bonito que quedé comprometido moralmente con tantas personas que valoraron nuestro esfuerzo. Hoy día lo hago todos los jueves a las 8:00 p.m., en el que hablamos y aprendemos del fantástico mundo del agua de vida'
Aprender el mundo del whisky llevó a Julio Oñate a conformar la comunidad que desde hace mucho quería tener para compartir y debatir sobre sus conocimientos de la bebida.
'Yo no conocía a nadie que tuviera esta misma pasión, era como tener un juguete y no tener con quién jugar. La pandemia curiosamente permitió que todos esos whisky lovers nos encontráramos'.
Para el empresario el whisky más que un trago es arte y es lo que trata de enseñarle a todos aquellos que se han conectado a conocer el mundo diferente de la bebida.
'Yo soy un contador de historias de whisky, no haga catas de whisky. Luego de haber interactuado con las personas deciden probar varias cosas, pero porque aprendieron cada historia. Cada botella tiene magia detrás. El whisky es arte'.
Julio Oñate, que ya es conocido como el referente del whisky en Colombia, desea que la comunidad de 'Whisky lovers' siga creciendo, por ello está trabajando en el primer congreso de 'Whisky lovers' internacional en Barranquilla y en un viaje a Escocia para conocer más de la destilería.
En la 'wiskypedia', además de conocer y aprender, también se rompen paradigmas que la sociedad ha estipulado del whisky como lo es el tema del precio.
'En el mundo del whisky hay una inmensa posibilidad en el tema del precio. Con poco dinero puedes comprar muy buenas cosas. No lo más costoso es lo mejor. Soy un defensor del whisky económico, que es estándar y muy bueno, con tesoros ocultos'.
La actividad que inició como una entretención, hoy día cuenta con más de 18 mil seguidores, los cuales Julio espera que sigan creciendo para que las personas puedan ver de una manera diferente la bebida que solo ha sido reconocida como un método embriagante.
'Pretendo que la gente empiece a valorar el whisky y a cambiar los hábitos de consumo. Una cosa es embriagarse y otra conocer, aprender y deleitarse de este fantástico mundo'.