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La historia del cineasta Federico Ahumada, de 39 años, inició en Sincelejo (Sucre), su tierra natal. Allí transcurrió su infancia y parte de su escolaridad. Luego cambió de rumbo y a sus 14 años se trasladó junto con su familia a la ciudad de Bogotá.

Las cámaras fotográficas y de video siempre fueron objeto de su admiración. En casa contaba con una, misma que solía cargar para captar los momentos vividos en las reuniones, las fiestas y la jornada estudiantil.

El cine siempre estuvo en su vida como una de las 'cosas' que disfrutaba y sigue disfrutando sin reparo alguno. Dentro de sus referentes están los directores David Fincher, Alejandro González y Alfonso Cuarón. Por su parte, el director cubano Ernesto Fundora, que conoció en un taller de videoclip, fue quien lo motivó a inclinarse por la industria cinematográfica y a entender que este campo era lo suyo.

Hasta este punto su desarrollo personal vislumbraba un futuro relacionado con las cámaras, sin embargo, todo cambió cuando empezó a estudiar Ingeniería Industrial. No obstante, esa elección no perduró, pues sus sueños iban hacia otra dirección.

'Yo me salí de la carrera para dedicarme a lo que realmente me gustaba, que era lo audiovisual. Al haber hecho cursos de fotografía tomé la decisión de irme a Canadá a estudiar tanto Producción de Cine como Actuación para Cine y Televisión. También estudié inglés para perfeccionarlo. Al culminarlos me devolví a Colombia, llegué primero a Bogotá y después de un tiempo me afinqué en Barranquilla'.

A su regreso —dice— se dedicó a hacer videos, a ser asistente y director de arte, y a grabar algunos proyectos como cortometrajes. Entre 2015 y 2016 logró desarrollar uno a la altura, que decidió titular Pareja de leones. En el material involucró elementos propios de su pueblo, de la familia y del campo. Este —cuenta— fue rodado en el municipio de Ponedera (Atlántico), cuya realización logró recibir una Mención Honorífica en el Indian Cine Film Festival.

Federico admite que ser director es todo un proceso, que la industria es verdaderamente competitiva y que de una u otra forma dificulta el hecho de sobresalir. Haber elegido la carrera de Actuación fue esencial para hoy día poder ser en sus proyectos 'un mejor director'.

'Yo sentía que lo más complejo de ser director era trabajar con los actores porque lo técnico uno lo va manejando. Es así como haber estudiado Actuación en el presente me ha ayudado a comunicarles a los actores lo que necesito, combinando siempre el análisis de los textos y las escenas'.

Se considera adepto al hecho de contar historias y cree que las decisiones que toma cuando asume su papel de director, pensando en lo que podría verse bien o mejor, responden a las vivencias que tuvo en su Sincelejo adorado.