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La depresión que empezó a sentir a los 17 años, motivó a Andrea Ortega Bechara a trabajar por la salud mental de las personas a través de la ciencia. 

Hasta los 26 años tuvo 'acercamientos' disímiles entre psicólogos y 'curanderos' en su búsqueda de respuestas. Su familia llegó a pensar que se trataba de un tema esotérico. 

Los psiquiatras le dijeron que se trataba de un 'desbalance químico' y se quedó con ese diagnóstico. Cuenta que hoy día considera que fue la 'falta de propósito de vida' lo que la llevó a ese estado.

Veinte años después, todavía se cuestiona las causas de su depresión. Sin embargo, Andrea encontró en la psicología positiva una respuesta a su diagnóstico y un camino para mejorar su salud mental y, a su vez, la de los demás. 

Desde 2014 trabaja en la también llamada 'ciencia de la felicidad', que, según explica, es la que estudia 'cómo podemos crecer y trascender a partir de las experiencias negativas'. 

Actualmente, esta mujer que se siente monteriana porque vive en esa ciudad desde los seis años, es investigadora de la Universidad del Sinú, además de fundadora y presidenta de Florecer, un instituto de psicología positiva.

En 2019 comenzó un programa de perdón y reconciliación que está apoyado por la Universidad de Harvard, la Universidad de Hong Kong, y financiado por la fundación Templeton World Charity Foundation. Estas instituciones recientemente elogiaron su labor y aporte al estudio global de perdón que la investigadora, junto con su equipo de trabajo, ha hecho. 

Andrea dice que 'aún falta camino por recorrer' en la construcción de la paz y el perdón en el país, principalmente en su departamento, uno de los más golpeados por la violencia. Por eso, desde su programa, trabaja por ayudar a construir una mejor sociedad.