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Que sus padres se hayan conocido en un salón de clases de la Universidad del Atlántico puede ser un presagio del destino que marcaría o que sería la vida de Mauricio Molinares, un hombre que tiene como concepción que la educación es el pilar fundamental para alcanzar cualquier meta que el ser humano se proponga.

'La educación es el motor de los sueños', expresa este hombre que hoy ejerce como rector de la Universidad Libre de Barranquilla. 

Es un hombre estricto en cada una de sus cosas, es exigente pero precisamente es por el hecho de que quiere que las cosas salgan bien y así lo ha consolidado tanto en su vida profesional como personal. 

Él se considera un músico frustrado, es un amante de la salsa, pero también un apasionado del góspel, considera a Dios como el pilar fundamental de su vida y lo reconoce como el ser superior que permite que cada uno de los seres en la tierra puedan moverse.

Es un creyente de tiempo completo, su fe es su fuego interior y la educación es el motor que lo impulsa para sacar adelante las metas profesionales.

Su familia es otro de los elementos sagrados en su vida, de hecho la tiene en la cima de su pirámide de prioridades y la define como su principal plataforma de vida, es un fanático de dicho concepto y por ello considera que ha logrado establecer un hogar feliz.

Es un libre pensador y así lo demuestra en cada una de las palabras que salen de su boca, para él, el respeto también es importante en el crecimiento del ser humano.

'El enemigo más fuerte que tenemos, a mi vista personal es el tiempo. Nos corresponde ser muy buenos mayordomos de este', expresa. 

Tiene claro que a su familia le debe dedicar sus prioridades, para él primero están sus seres amados y no titubea en decir que el trabajo es lo segundo, la prioridad está en los seres que comparten lazos de amor con uno.

Siendo estudiante de bachillerato del colegio Americano, comenzó a sentir sensibilidad ante situaciones sociales y cosas afines a la justicia.

'Me comencé a incomodar con temas de la injusticia y soy el producto de una familia donde hay muchos abogados, crecí en un ambiente de discusión'. 

Una tía abogada, llamada Rosalba Cañavera a quien considera su mejor amiga lo llevó a trabajar como su asistente.

Cuando llegó a la Universidad Libre a estudiar derecho y recibir clases de Wilson Herrera Llanos supo que se enfocaría por el derecho público, rama de esta profesión en la cual es especialista y que le apasiona.

En los pensamientos de Mauricio no concibe que en pleno siglo XXI exista gente que esté pasando hambre tan cerca de los alimentos. 

'En Colombia tenemos comida a la que podemos acceder, ¿por qué hay gente que muere de hambre, por qué hay niños que mueren de hambre?', exclama.

Precisamente el primer caso que ganó fue porque una persona cercana a su familia estaba luchando para que le dieran unos medicamentos, Mauricio radicó una acción de tutela para que esta persona pudiese acceder a este derecho y logró hacerse con la victoria, es la hora y todavía guarda ese documento.

Mauricio tiene en su mente y su corazón que él nació para ayudar a la gente.

'Todo lo que he logrado a nivel profesional con impacto a nivel personal lo he logrado en un salón de clases. He tenido profesores y estudiantes que me han presentado oportunidades de carácter laboral que me han ayudado a mejorar la calidad de vida de mi familia'.

En su casa algunas cosas se someten a votación, por ejemplo, cuando van a decidir si van a comer pizza o perros calientes. Cuando sus hijos lo escuchan quieren ser como él. 

Cuando sus pequeños van a su oficina se apropian de sus sillas, tiene claro que el ejemplo es el primer pilar de pedagogía. 

Mauricio seguirá trabajando en pro de la educación a la que considera como el avión que permite volar por el cielo del conocimiento, mismo que no tiene una pista de aterrizaje bajo el entendido de que el conocimiento es infinito.