Si hablamos de educación superior, donde es más común la modalidad virtual a nivel mundial, según cifras del Ministerio de Educación Nacional, en 2018, de los 8641 programas que existen solo se ofrecían 718 en modalidad virtual y a distancia; y únicamente 26 de estos cuentan con acreditación de alta calidad. Así que los retos han sido enormes, tanto tecnológicos como pedagógicos.
Ante la contingencia y la inmediatez, las instituciones adaptaron un sistema, mediado por la tecnología, que permitiera finalizar el programa académico planeado desde el principio para ser presencial, por eso no se habló de clases virtuales, sino remotas. Es decir, clases diseñadas para ser presenciales pero que se desarrollaron por medio de plataformas virtuales.
Fadia Khouri Saavedra, directora del Centro de Excelencia Docente de Uninorte (CEDU), señala que esta forma de impartir clases fue adoptada a nivel mundial por la gran mayoría de instituciones de educación superior, pues trae ventajas como su rápido tiempo de respuesta y mantener las actividades de la clase. 'El objetivo principal en estas circunstancias no es diseñar un ecosistema educativo robusto, sino continuar con el proceso educativo y proporcionar los apoyos para profesores y estudiantes', agrega.
En la Universidad del Norte, la estrategia para el primer semestre académico, que se vio impactado por la cuarentena obligatoria, fue enfocar los esfuerzos en culminar las clases lo mejor posible de forma remota, para lo cual se resolvieron aspectos como formas de evaluar, aprender a usar herramientas tecnológicas, creación de recursos que permitieran el desarrollo de clase, entregar computadores y planes de internet para mejorar la conectividad, y el diseño de nuevas actividades que emulen el trabajo práctico o de campo.
Para el próximo semestre, las clases serán diseñadas desde un modelo híbrido, entre presencial y virtual. De acuerdo con Carmen Ricardo, directora del departamento de Educación y coordinadora de la maestría virtual en Educación Media da por Tecnologías de Uninorte, el modelo de educación virtual, con la ayuda de la tecnología, avanzó para permitir mayor interacción entre estudiantes y docentes.
Destaca que este modelo no se trata simplemente de recibir clases en los dos formatos, sino que tiene una concepción desde lo pedagógico y por cómo se brindará la formación, teniendo en cuenta la disciplina y los resultados de aprendizaje previstos.
'Una clase virtual, al igual que una presencial, debe diseñarse para atender las necesidades de formación de los estudiantes, y propender por el desarrollo de las competencias del perfil profesional. Se recomienda el diseño de ambientes de aprendizaje virtuales que integren herramientas sociales y de colaboración para favorecer la construcción colectiva de conocimiento, el trabajo colaborativo y cooperativo, el aprendizaje autónomo y autorregulado', dice.
Si bien para el logro de los resultados de aprendizaje, el docente debe aplicar una metodología pertinente y adecuada, mediada por las TIC, Ricardo resalta que en este modelo el estudiante asume el rol protagónico de su proceso de aprendizaje.
'Entre los factores que favorecen el aprendizaje en línea está la pertinencia con el perfil del estudiantado, poder determinar si es apropiado, y la naturaleza del programa', afirma, y agrega que es necesario tener en cuenta las habilidades sociales y psicológicas del estudiante, como la autodirección, la autodisciplina, la autonomía, la autodeterminación y la motivación, entre otras.
Desde hace cinco décadas, la Unesco emplea el término de 'aprendizaje para toda la vida', que abarca todo el aprendizaje que tienen las experiencias y herramientas a las que el ser humano se ve expuesto a lo lardo de su formación.
Humberto Gómez, director del Programa de Fortalecimiento y Modernización de Posgrados de Uninorte, explica que en este proceso de adquirir nuevos conocimientos hay cuatro aspectos claves: aprender, desanpreder, reaprender y transformarse. Lo que está pasando con la educación en estos días, exige que estos cuatro pasos los apliquemos para adaptarnos a los cambios que trae la educación virtual.