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Márcate una meta

Antes de comenzar a estudiar a diario debes tener claro qué quieres conseguir con todo esto. Tener claros tus objetivos y tus motivaciones para emprender este camino serán la clave que te llevarán a conseguir tus metas, que te mantendrán motivado y que harán que evites la procastinación.

Una buena planificación es indispensable

Tener una planificación correcta es básico si pretendes alcanzar un objetivo. Es tu hoja de ruta, la base que hará que sigas un determinado camino y que no te apartes del rumbo si llegan adversidades.

Estudia todos los días a la misma hora

Para conseguir un buen hábito de estudio es recomendable que el estudio se haga siempre en los mismos periodos de tiempo. Esto hará que tu cerebro acabe asimilando como tiempo de estudio esos momentos y se encuentre más predispuesto para comprender la información en este intervalo de tiempo. ¿Tienes poco tiempo para estudiar y tienes que aprovechar cada hueco que tengas entre las diferentes obligaciones que tienes que afrontar cada día? Es normal. No te preocupes. En la medida de lo posible intenta estudiar en el mismo horario todos los días. Seguramente estos huecos que aprovechas para estudiar también siguen un patrón de horarios que se repiten día tras día.

Evita estudiar mucho

Estudiar durante largos periodos de tiempo sin descanso es contraproducente para tu memorización. La mejor forma de estudiar es poco a poco, con pequeñas sesiones de tiempo bien aprovechado. En periodos cortos el cerebro asimila mucho mejor la información a la cual lo expones. Está demostrado que es mejor estudiar diez sesiones de una hora que una sesión de diez horas.

Estudia siempre en el mismo lugar

No importa que lo hagas en la biblioteca, en tu habitación o en casa de tu tía. Lo importante es que siempre estudies en el mismo lugar, ya que te hará evitar distracciones innecesarias. Cuando estás habituado a un sitio los estímulos propios del lugar forman parte de la rutina, por lo que no oyes los ruidos, ni te distrae el entorno. El tener un lugar adecuado para estudiar a diario mejorará tu concentración y, por ende, tu rendimiento.

Ponte pequeñas metas cada día

Marcarte todos los días un pequeño objetivo te ayudará a concentrarte y a estar más predispuesto al estudio. Si sabes que hoy tienes como meta aprender la tabla periódica no debes levantarte hasta que lo hayas conseguido. El marcarte pequeños objetivos te ayudará a mantenerte motivado, aumentará tu concentración y evitará que te distraigas.

Aprender a enseñar

Uno de los mejores hábitos que puedes adquirir para mejorar como estudiante es el aprender a enseñar. Esto significa que debes introducir en tu rutina una exposición oral de aquello que estés estudiando. Debes plantearlo como si estuvieses explicándoselo a otra persona para que sea más efectivo. No importa cuánta información hayas estudiado hoy. Si lo haces cada día y lo incorporas a tu rutina te aportará una visión clara de los conocimientos que tienes en la materia, te ayudará a estructurar mentalmente, a asimilar e interiorizar la información que has estudiado.

Olvídate de los dispositivos móviles

Nada de smartphones durante el estudio. Sí, lo que oyes. Nada. Aunque no quieras reconocerlo los dispositivos móviles son una fuente constante de distracciones. Si eres de los que no pueden vivir sin su smartphone cerca deberás ponerlo en modo avión durante el tiempo que dediques a estudiar. Además, también puedes aprovechar tu móvil para utilizar algunas apps creadas especialmente para ayudarte con tus rutinas.

Descansar es prioritario

Muchas veces sustituimos horas de sueño por horas de estudio, pero debes tener en cuenta que, pase lo que pase, debes dormir entre 7 y 8 horas. Tu cuerpo y tu mente necesitan descansar, y si les privas de ese descanso su rendimiento caerá en picado. Por lo que si quieres mantener un buen rendimiento a la hora de estudiar debes dormir lo suficiente para que al levantarte al día siguiente estés al 100% de tus capacidades. Además, ¿sabes que mientras duermes tu cerebro sigue trabajando asimilando información e incluso resolviendo cuestiones o problemas no resueltos? ¿Te ha pasado alguna vez que no has sido capaz de resolver un problema y a la mañana siguiente, cuando te has levantado, de repente, por arte de magia, has dado con la clave que te permite resolverlo?