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El atleta paralímpico Oscar Pistorius vomitó repetidamente hoy en el juicio que afronta por el asesinato de su novia, la modelo Reeva Steenkamp, mientras el forense Gert Saayman describía las heridas que sufrió la víctima.

La juez Thokozile Masipa -que prohibió la reproducción en directo de la imagen y el audio del testimonio del forense- tuvo que aplazar en un primer momento la declaración de Saymann, debido al estado de Pistorius, que se cubrió la cabeza con las manos y varios pañuelos y fue abrazado por sus dos hermanos durante el receso.

Sin cambiar de postura, Pistorius comenzó a tener arcadas y vomitar en la reanudación, pero su abogado, Barry Roux, declinó volver a detener la vista, tal y como le ofreció la magistrada, que preside el juicio en el Tribunal Superior de Pretoria.

'No va a estar bien durante este testimonio. Esto no cambiará, está muy afectado', dijo Roux, poco antes de que Masipa decretara la pausa para comer.

Su tío Arnold y otros familiares de Pistorius se acercaron después al atleta para consolarle, antes de que el acusado abandonara la sala, junto a su hermana.

El corredor había mostrado relativa compostura y serenidad en el juicio, que comenzó el lunes pasado en el Tribunal Superior de Pretoria y está previsto que dure hasta el 20 de marzo.

Pese a haber roto en varios momentos en llanto, el velocista -que se convirtió en los Juegos de Londres de 2012 en el primer atleta con las dos piernas amputadas en competir en unas Olimpiadas- había escuchado los testimonios y tomado notas, que pasaba después a los abogados de la defensa.

Pistorius reconoció al inicio del proceso haber matado a tiros a su novia a través de la puerta cerrada del baño de su casa de Pretoria, la madrugada del 14 de febrero del año pasado.

El velocista alega haber disparado contra Steenkamp -que entonces tenía 29 años- por accidente, al pensar que lo hacía contra un ladrón que se había colado en su casa.

La Fiscalía acusa al deportista, de 27 años, de matar intencionadamente a Steenkamp, y pide que sea condenado por asesinato premeditado, un cargo que le costaría la cadena perpetua.

EFE