La Ciudad del Vaticano tiene preparados una serie de actos litúrgicos, encuentros y conferencias de prensa para celebrar las canonizaciones de los papas Juan Pablo II (1978-2005) y Juan XXIII (1958-1963), cuya ceremonia oficial será el próximo domingo.
Este martes, en rueda de prensa, el postulador de Juan XXIII, el capuchino Giovangiuseppe Califano, explicó que el papa italiano Angelo Roncalli conocía 'muy bien sus defectos', como que era muy aprensivo, pero conseguía vencerlos con 'autoironía'.
Califano rememoró cómo a un obispo le confesó que a veces no podía dormir por los numerosos pensamientos que le sobrevenían, pero que una noche 'se le apareció el ángel de la guarda y le dijo: Angelo no te lo tomes tan en serio'.
También el postulador de la causa de Juan Pablo II, Slawomir Oder, explicó que, 'como todos los hombres', el papa polaco tenía 'también defectos', pero 'la santidad se inscribe en la historia del hombre'.
'Era muy emotivo y tenía mucho carácter. Sabemos que a veces daba algunas respuestas bruscas', añadió Oder.
Previo a la canonización, estado al que se llega luego de seguir un proceso reglamentado, Juan XXIII y Juan Pablo II fueron beatificados por representar un modelo de vida para la comunidad, pero además por tener la capacidad de ejercer de intermediario entre los cristianos y Dios.
Para ser considerado un beato es imprescindible el testimonio de un milagro que se haya llevado a cabo gracias a la intercesión del Venerable.
Al papa italiano se le adjudicó en 2000 la curación de la religiosa italiana Caterina Capitani, que estuvo a punto de morir por una perforación gástrica hemorrágica con fístula externa y peritonitis aguda y que, según ella, tras encomendarse a Juan XXIII, consiguió sobrevivir.
A Wojtyla se le atribuyen cientos de milagros, aunque para su beatificación en 2011 fue imprescindible el caso de la monja francesa Marie Simon Pierre, aquejada de parkinson –la misma enfermedad que padecía el pontífice polaco– y cuya curación, de acuerdo con los médicos externos convocados por el Vaticano, 'carece de explicación científica'.
Pero, para la proclamación como santos era imprescindible un nuevo milagro, que debía documentarse después de se nombrados beatos.
El papa Francisco, en 2013, decidió decretar la santidad del italiano, a pesar de que aún no se había certificado ese segundo milagro. No fue el caso de Wojtyla, quien intercedió, según la Iglesia, en la curación de una mujer costarricense aquejada de un grave aneurisma cerebral por el que los médicos le habían dado solo un mes de vida.
Esta mujer, Floribeth Mora Díaz, que participará en la ceremonia del domingo, aseguró que escuchó la voz del papa polaco diciéndole 'levántate, no tengas miedo' cuando se encontraba en un hospital y, tras estas palabras, comenzó su curación, inexplicable para la ciencia.
De manera que el mundo será testigo de dos canonizaciones extraordinarias que darán a los católicos de todo el mundo dos nuevos santos a quienes venerar, dos hombres con los que aún hay generaciones que han convivido.
*Resumen agencia Efe