La Alta Comisionada de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Navi Pillay, condenó este viernes el golpe de estado en Tailandia y solicitó que se restaure el orden constitucional lo antes posible.
'Estoy muy preocupada por el reemplazo por la fuera de un Gobierno electo, por la imposición de la ley marcial, por la suspensión de la Constitución y las medidas de emergencia que están restringiendo el disfrute de los derechos humanos', afirmó Pillay en un comunicado.
Denunció que la junta militar ha suspendido las libertades fundamentales, ha restringido la libertad de expresión y asamblea -censura de todos los medios de comunicación, restricciones de internet y cierre de radios y televisiones- y ha prohibido que se reúnan más de cinco personas.
Asimismo, la Alta Comisionada solicitó que la junta libere a las autoridades y a los civiles detenidos.
'Recuerdo a las autoridades que la implementación de cualquier medida de emergencia debe cumplir con los estándares internacionales de derechos humanos. El derecho a la vida y la prohibición de la tortura se deben respetar en cualquier circunstancia', concluyó.
La junta militar que ayer dio un golpe de estado en Tailandia se repartió hoy las responsabilidades del Gobierno, mientras mantiene la ley marcial y el toque de queda, ante la condena de la comunidad internacional.