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El expresidente francés Nicolás Sarkozy fue llamado a declarar ante la Policía Judicial de Nanterre, localidad cercana a París, sobre un caso de presunto tráfico de influencias y violación del secreto de instrucción.

Los agentes, le pusieron en régimen de 'garde à vue', una medida inédita para un antiguo mandatario y durante la cual está bajo la jurisdicción de la Policía judicial y con asistencia letrada, lo que permite interrogarle hasta 48 horas.

Los investigadores intentan determinar si el ex jefe de Estado y su entorno crearon una 'red' de informadores que les mantenía al tanto de la evolución de los procesos judiciales que amenazaban al político conservador y jefe del Estado francés entre 2007 y 2012.

Sarkozy llegó a la sede policial un día después de que también fueran interrogados su abogado, Thierry Herzog, y dos altos magistrados del Tribunal de Casación, Gilbert Azibert y Patrick Sassoust, que siguen en régimen de detención provisional.

De Azibert, cercano al letrado del expresidente, se sospecha que recababa información de consejeros del Tribunal Supremo sobre los avances en la investigación sobre presunta financiación ilegal de la campaña que llevó a Sarkozy al Palacio del Elíseo.

Según esa teoría, el defensor de Sarkozy le prometió que le ayudaría a conseguir un puesto en la administración de Mónaco. Efe